Este lunes, en España, se concedió el Premio Carisma de Misión y Cooperación al Obispo nicaragüense Rolando Álvarez, quien desde febrero está injustamente encarcelado por el régimen que encabeza el dictador Daniel Ortega.
El Obispo de Matagalpa, que este 27 de noviembre cumple 57 años de edad, fue reconocido en una ceremonia organizada por la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) gracias a “su compromiso social, y en particular con la Iglesia de su país, perseguida”, y a “su trabajo por construir comunidades desde la justicia, la paz y la solidaridad”.
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Además del prelado, fueron premiadas otras personalidades, instituciones y fundaciones que destacaron por sus valores evangélicos en el ejercicio de su trabajo diario.
El premio para Mons. Álvarez fue recibido por el periodista nicaragüense exiliado Israel González Espinoza, quien dio paso a un video mensaje grabado por Mons. Silvio Báez, Obispo Auxiliar de Managua (Nicaragua) que vive también exiliado en Estados Unidos.
“Es para mí un honor y un privilegio dirigirme a vosotros esta noche y aceptar el Premio Carisma que se le otorga este año a mi hermano Obispo Monseñor Rolando José Álvarez”, sostuvo al inicio de su mensaje.
Mons. Báez recordó que el Obispo de Matagalpa “se encuentra injustamente apresado por reclamar la justicia y la verdad del Evangelio, por defender los derechos y la dignidad de las personas, por caminar al lado de los más pobres”.
“El régimen brutal que domina Nicaragua hace algunos años se ha convertido en una voraz dictadura que transformó la nación en una gran prisión”, relató sobre la situación en su país.
Finalmente, resaltó que Mons. Álvarez es considerado “un ícono de lo que vive todo el pueblo, pero también su actitud evangélica, su esperanza fuerte y su continuo testimonio de Jesucristo es para nosotros un faro de luz y de esperanza”.
“Agradezco de corazón por este reconocimiento hacia mi hermano obispo y al mismo tiempo os pido a los religiosos de España y a todos vosotros que mantengáis a Nicaragua y a Rolando en la oración por su pronta liberación incondicional e inmediata y por un futuro de paz de justicia y de libertad para nuestro pueblo”, concluyó.
Mons. Álvarez, también administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, fue condenado por la dictadura en Nicaragua a 26 años y 4 meses de prisión en febrero pasado por delitos considerados como traición a la patria.
El prelado desempeñó un papel crucial en la mediación llevada a cabo por la Conferencia Episcopal de Nicaragua durante el infructuoso proceso de diálogo posterior a las masivas protestas de abril de 2018.
En agosto de 2022, la Policía lo detuvo y lo confinó en su residencia, imputándole cargos de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas”.
El 9 de febrero de 2023, Mons. Álvarez fue trasladado a “La Modelo”, la prisión de máxima seguridad de Nicaragua, después de negarse a abordar un avión que lo llevaría, junto con otros 222 ex prisioneros políticos nicaragüenses, a Estados Unidos.