La Iglesia Católica en México manifestó su rechazo a una iniciativa legislativa que busca legalizar la eutanasia en todo el país, considerando que “arrebatar la vida a otra persona más que un acto de compasión es un gesto de abandono, por lo que la eutanasia es siempre, un atentado en contra de la dignidad de la persona”.
El pasado 10 de octubre, diversos legisladores de los partidos políticos de Morena, Movimiento Ciudadano, PRI y PRD presentaron una iniciativa de ley en conjunto para incorporar “la muerte digna y sin dolor” en la Ley General de Salud.
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Actualmente, la Ley General de Salud prohíbe la eutanasia y el suicidio asistido en su artículo 166 Bis 21. La nueva propuesta pretende derogar este artículo y proponer una redacción alternativa en la que se entiende la eutanasia como “el acto deliberado de poner fin a la vida de un paciente que sufre una enfermedad terminal o una condición médica irreversible, a petición expresa y voluntaria de dicho paciente”.
De acuerdo al proyecto, la eutanasia sería legal y aplicable a mayores de edad en “pleno uso de sus facultades mentales” que padezcan una “enfermedad terminal”; que tengan una “condición médica irreversible” que les cause “dolor físico o sufrimiento emocional intenso, continuo o crónico”; o que se encuentren en estado de agonía con un “pronóstico de vida de 2 a 3 días”.
Mons. Jesús José Herrera Quiñónez, Obispo de Culiacán y responsable de la Dimensión Episcopal de Vida de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), emitió un comunicado en respuesta a esta iniciativa, destacando la importancia de reflexionar “desde la razón y desde la fe, sobre nuestras decisiones individuales y sociales ante el final de nuestra vida terrenal”.
El prelado enfatiza que la verdadera compasión implica “padecer con” y buscar el “bien objetivo del otro, y no su eliminación, como sucede en la eutanasia”.
“La sola posibilidad de la eutanasia ya elimina toda esperanza, y sin ella, el ser humano pierde el sentido de la vida. La clave está en entender la diferencia entre ‘provocar la muerte’ (matar) y ‘permitir la muerte’ (aceptar su fin natural)”, añade el mensaje.
Mons. Herrera Quiñónez reafirma que no es “lícito procurar la eutanasia que elimina la vida de una persona”, así como tampoco lo es “que se realicen actos legislativos o judiciales que intenten legitimar un acto intrínsecamente contrario al respeto de la vida humana como don de Dios”.
“Nunca será ético que se use el dolor o se hable de libertad en el sufrimiento para arrebatarse o arrebatar la vida”, señala el prelado.
Finalmente, exhorta a los “tomadores de decisión en los poderes públicos, a que dirijan sus esfuerzos a poner medios paliativos para atender el dolor en la enfermedad, sin jamás abrir la puerta a acciones que directamente quitan la vida a un ser humano, lo solicite o no”.