“La persecución eclesial es algo real”, expresó a un grupo de jóvenes y adultos el sacerdote ugandés Lawrence Ssimbwa durante la Noche de los Testigos, evento que tuvo lugar anoche en Bogotá (Colombia) para llamar la atención sobre los atentados contra la libertad religiosa que padecen los cristianos en diferentes países del mundo.
La Noche de los Testigos es una iniciativa de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés) que se enmarca en la Semana Roja (#RedWeek), durante la cual importantes templos y monumentos son iluminados de rojo para recordar a los cristianos perseguidos a causa de su fe.
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Así, el P. Ssimbwa —quien trabaja pastoralmente en Colombia desde hace 15 años— ha sido invitado para compartir su experiencia con las personas interesadas.
“Yo vengo de África y en Nigeria, en el norte de Nigeria, (la persecución) es una realidad. Uno, por ser católico” —indicó—, es víctima de musulmanes fundamentalistas, por ir a Misa, por hacer la señal de la cruz o llevar el rosario.
Sin embargo, el sacerdote advirtió que en Colombia también existe “una persecución religiosa”, y recordó el atentado de 2022 contra la Catedral de Bogotá, cuando un grupo de feministas intentó prender fuego a las puertas del templo durante una marcha a favor del aborto.
El P. Ssimbwa es un misionero de la Consolata. Nació en Masaka (Uganda) hace 42 años y realizó su formación sacerdotal en Kenia y Colombia, donde estudió español para terminar sus estudios de Teología.
Actualmente, el sacerdote es párroco de San Martín de Porres, en Buenaventura, puerto ubicado en el departamento del Valle del Cauca, en el Pacífico colombiano y en el que la Iglesia acompaña los diálogos del gobierno con los Shottas y los Espartanos, dos bandas criminales que se disputan la zona.
En ese sentido, en una nota compartida con ACI Prensa, ACN Colombia explica que si bien la Semana Roja “está concebida para generar conciencia sobre los cristianos perseguidos”, también “es importante hablar del otro martirio, el incruento, el martirio blanco”.
“En este, los hombres y mujeres de Iglesia que dedican todo por llevar la Palabra de Dios, por entregar la esperanza verdadera de Cristo a quienes no tienen nada (…) trabajan en lugares de los que nadie ha oído o donde nadie quiere llegar; su labor es silenciosa y muchas veces invisible”.
Por ello, indica, la edición de 2023 cuenta con los testimonios del P. Ssimbwa y de la Hna. Mercy Mendoza, venezolana de la Congregación de Santo Domingo que es misionera en Santa Genoveva de Docordó, departamento del Chocó, y atiende la formación de jóvenes en situación de riesgo.
La labor del P. Ssimbwa en Buenaventura
En la Noche de los Testigos, el P. Lawrence Ssimbwa compartió su testimonio antes del rezo del Rosario en la sede de la vicaría episcopal Padre Misericordioso.
“En Buenaventura yo trabajo en una parroquia que tiene cinco barrios, barrios golpeados por la violencia” y donde “la juventud se encuentra sin salida”.
El sacerdote relató a los presentes que en esa localidad portuaria “muchos de los jóvenes no tienen oportunidad para estudiar, de ir a la universidad”, e incluso “uno se encuentra jóvenes reclutados por la delincuencia”.
Y si bien “muchos jóvenes no pueden caminar libremente para desarrollar sus talentos a causa de la violencia”, aún se mantiene la esperanza “gracias a que la Iglesia está ahí, a través de los misioneros, los sacerdotes, los catequistas”.
En ese sentido, destacó el logro de que un grupo de 21 jóvenes hayan resistido la tentación de ser reclutados por bandas criminales.
“Aunque otras organizaciones puedan abandonar (a la población), la Iglesia siempre está” presente, afirmó el sacerdote africano.
Por ello, el P. Ssimbwa reiteró su llamado a rezar por los sacerdotes, misioneros y laicos que trabajan en regiones como Buenaventura. “Oremos por la Iglesia perseguida, oremos por la Iglesia en los lugares desafiantes, para que nuestra fe crezca y la podamos compartir con los demás”, expresó.