Gordon Campbell acaba de cumplir 86 años el martes 21 de noviembre. No sólo ha sido un cumpleaños feliz, pese al dolor de su enfermedad, sino también un día especial de gracia, porque recibió el Bautismo y la Eucaristía. Fue uno de esos momentos que recuerdan que no hay edad para abrir el alma a Dios, quien no se cansa de llamar a cada uno de sus hijos.
Fue el diácono Adolfo Carbajal, de la parroquia San Juan Evangelista en Vancouver (Estados Unidos), quien le confirió estos sacramentos a Gordon en el Hospital Peace Health, en el estado de Washington, mientras que María Kendal, amiga de la familia, fue la madrina.
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En unas breves palabras y con algo de dificultad, Gordon indicó a ACI Prensa vía telefónica: “Estoy feliz, me siento bien”.
A causa de su delicada salud, el nuevo miembro de la Iglesia Católica también recibió la Unción de los enfermos, y ahora “está listo para, en cualquier momento, reunirse con nuestro Padre Santo” en el cielo, explica su esposa, Graciela Campbell, quien pronto cumplirá 71 años.
Con nostalgia, pero con muchas expectativas, Graciela dejó el Perú hace más de 20 años. Conoció a Gordon en Estados Unidos y se casaron por lo civil el 18 de octubre de 2003. En ese año él comenzó su historia de conversión.
“Desde el 2003 hasta el 2013 íbamos a la iglesia juntos, nos sentábamos en la primera fila, él me acompañaba. Éramos miembros activos de esa iglesia. Todos sabían que él no era católico, pero siempre fue un hombre espiritual. Algunos le decían que era más católico que varios bautizados. Yo estaba orgullosa de eso”, recuerda Graciela en declaraciones a ACI Prensa.
Sin embargo, hubo algunas dificultades en esa iglesia y dejaron de frecuentarla. El esposo decidió entonces no volver a un templo católico, lo que hizo que su conversión tardara un poco más.
Pese a eso, y con la certeza de que sí eran el uno para el otro, la pareja se casó por la Iglesia en Perú el 9 de enero de 2016. En todo ese tiempo, ella nunca dejó de rezar por la conversión de su esposo.
Tiempo después, y por un derrame cerebral en 2019, Gordon perdió la memoria de largo plazo, pero aún con limitaciones, se iba acercando cada vez más al Señor.
“Ahora lo veo decreciendo mucho y veo que se acerca su día final. Y yo pedía por su conversión, que él pidiera ‘quiero ser bautizado’, porque por ser adulto así debe ser”, explicó la mujer.
“En octubre íbamos a cumplir 20 años juntos y yo quería celebrar también su Bautizo. Le pregunté si quería bautizarse y me dijo sí, pero no se pudo”.
Con la decisión de Gordon de bautizarse y habiendo expresado su deseo con claridad a pesar de las dificultades propias de su estado, el Bautizo se programó para el 21 de noviembre, el día de su cumpleaños.
“El padre me llamó y vino el diácono [Carbajal]. Lo bautizó y yo llevé las flores, mi bouquet de matrimonio”, contó la esposa entre lágrimas de emoción. “También le dio la Eucaristía y los santos óleos”, agregó.
Un problema serio de salud
Aunque por el derrame algunas de sus capacidades están disminuidas, Gordon está consciente y sabe que en el Bautismo ha sido incorporado a la Iglesia Católica. Sin embargo la dolencia cardiaca que padece ha puesto a los esposos en una situación dolorosa y angustiante.
“El corazón trabaja sólo al 50 por ciento y tuvo que ser ingresado en el hospital en varias ocasiones por falta de oxígeno. Hace cuatro años que comenzó todo. Por su situación y por su edad es muy riesgoso que sea sometido a una cirugía a corazón abierto y por eso se ha decidido no operarlo, porque ahí podría quedar”, compartió, compungida, Graciela con ACI Prensa.
Los médicos han decidido darlo de alta este jueves, tras lo cual volverá a casa a recibir los cuidados paliativos que requiere, acompañado de la mujer que experimenta una intensa alegría en medio del dolor, esa experiencia tan cristiana y cotidiana de quienes se esfuerzan por vivir cerca del Señor.
“Un sueño hecho realidad”
Pese a todo, Graciela mira el futuro con esperanza: “Su Bautismo es un sueño hecho realidad. Yo, siendo católica, quería que él también pudiera tener esta gracia, esta ‘ventaja’. A él le queda poco tiempo por la salud y quería que cuando se vaya, también pueda llegar al cielo”.
Tras agradecer a todos los que han rezado y siguen rezando por Gordon, Graciela sentencia: “Esta es la historia de su conversión, de su ingreso glorioso al Reino de Dios”.
“Dios escucha la oración y Dios tiene sus tiempos”, concluye.