El Obispo de San Francisco (Argentina), Mons. Sergio Osvaldo Buenanueva, compartió una reflexión sobre el proceso electoral que vivió el país y que este domingo, en segunda vuelta electoral, llevó a la presidencia al economista libertario Javier Milei.
“Mientras escribo, no sé todavía quién ha sido elegido presidente, pero ya está en mis oraciones”, afirmó, asegurando lo mismo para el candidato que perdió.
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“Estamos juntos en el mismo barco”, expresó, parafraseando al Papa Francisco, al tiempo que exhortó a “seguir consolidando la democracia que elegimos hace cuarenta años”.
Al defender el sistema democrático, Mons. Buenanueva recordó que su fundamento es “la dignidad de la persona, sus deberes y derechos”, y además “consagra el imperio de la ley y el Estado de derecho”.
La democracia “apela a la conciencia y libertad de los ciudadanos para elegir o cambiar a los representantes del pueblo soberano”, afirmó, y “para quienes somos creyentes, todo ese delicado engranaje se sostiene en Dios, fuente de toda razón y justicia”.
Mons. Buenanueva se refirió al camino que los argentinos tienen por delante, luego de un “extenuante año electoral” y un proceso “desgastante” en un contexto de “crisis económica y social angustiante”.
“La imagen que queda es la de una clase política que se mira a sí misma”, observó, pidiendo “un calendario electoral más diáfano, claro y respetuoso de la vida de las personas”.
El Obispo de San Francisco señaló que en este 2023 “la polarización se ha exacerbado, alcanzando incluso a los católicos y otros creyentes”. Sin embargo, en ese marco destacó el interés por lo público, la inquietud y capacidad de involucrarse, y llamó a aprovecharlo “para sacar a la luz la capacidad de construir, con paciencia y perseverancia, el bien común”.
El prelado se refirió luego a “algunas tareas indispensables para enfrentar juntos los duros tiempos que se avecinan”.
En esa línea, convocó a “rehabilitar la política y rehacer la convivencia ciudadana”, y para ello recordó que en el humanismo cristiano “a la política se la concibe como una de las formas más altas de caridad”.
“Es la búsqueda paciente, perseverante y deliberada del bien común. Supone todo un conjunto de hábitos virtuosos. No se rehabilita la política sólo con maña y picardía, sino con ciudadanos fogueados en la búsqueda de la verdad, del bien, de la honestidad y de la justicia”, enumeró.
“Rehabilitar la política es una tarea que incumbe a todos los ciudadanos, aunque desafía de manera particular a los hombres y mujeres que la reconocen como su vocación personal”, aseguró.
Por eso, pidió políticos “capaces de alentar un proyecto común, de pensar estratégicamente y de darle mística a la construcción colectiva de un proyecto común de país”, con convicciones sólidas para no convertirse en “cortoplacismo y retórica”.
Al presidente electo, el obispo lo llamó a pensar “en los más frágiles, en las nuevas generaciones y en quienes lo miran con sospecha”, y anticipó que “necesitará mucho temple, paciencia y capacidad de trabajo”.
En cuanto a los desafíos para los “ciudadanos de a pie”, destacó el de “reconstruir la amistad social, una convivencia pacífica y estimulante para todos”.
Luego de “tensiones fuertes” entre los argentinos, Mons. Buenanueva llamó a “darnos una nueva oportunidad, mirarnos a los ojos y tendernos la mano”.
El prelado no considera que la democracia esté en peligro: “Su riesgo más grande es no haber podido poner en marcha un proceso virtuoso de desarrollo para todos que lleve trabajo, educación y libertad a buena parte de nuestros hermanos y hermanas argentinos, especialmente a las nuevas generaciones”. Allí, aseguró, está el desafío.
Finalmente, invocó a Jesucristo, el Señor de la historia, a su Espíritu y al “inestimable poder de la esperanza que derrama en nuestros corazones” para seguir caminando juntos.