La Diócesis de Cádiz y Ceuta (España) ha empezado a recibir peticiones de católicos que piden que impulse el proceso de canonización de Diego Valencia, el sacristán que murió asesinado por un extremista musulmán el pasado mes de enero.
Diego Valencia fue herido de muerte el 25 de enero por los golpes asestados con un machete por Yassinne Kanjaa, un sujeto de origen magrebí que irrumpió en la iglesia de Nuestra Señora de la Palma, en Algeciras.
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Valencia, de 65 años, llevaba 16 realizando el servicio como capellán y se enfrentó al asaltante, que lucía una chilaba negra para perpetrar su ataque. Ante los primero golpes, salió al exterior del templo, donde el yihadista le alcanzó, rematándole con su arma blanca de grandes dimensiones.
Según detalla la asociación Enraizados en Cristo y la sociedad, que ha puesto en marcha la campaña, el párroco de la iglesia, P. Juan José Marina, ya ha pedido al Obispo de Cádiz y Ceuta, Mons. Rafael Zornoza que se inicien las gestiones pertinentes para la apertura de la fase diocesana del proceso de canonización.
“Su asesino acabó con su vida. Nosotros no permitiremos que el tiempo acabe con su memoria y su extraordinario acto de valor suscitado sin duda por el Espíritu Santo”, subrayan.
Los ciudadanos que quieran sumarse a la iniciativa deben ingresar en este sitio web.
Según la investigación judicial, Yassinne Kanjaa atacó con motivación de odio religioso dos iglesias la tarde del 25 de enero de 2023 en Algeciras. Primero se dirigió a la iglesia del Salvador, donde hirió al sacerdote salesiano Antonio Rodríguez, quien sobrevivió al ataque, aunque falleció meses después debido a una enfermedad que se le detectó tras el atentado.
A continuación, se presentó en la parroquia de Nuestra Señora de la Palma, donde asesinó a Diego Valencia. El párroco escapó de manera providencial de la situación, pues estaba realizando otras labores pastorales. En el momento del atentado, el Obispo de Cádiz-Ceuta, Mons. Rafael Zornoza, se hallaba en la localidad realizando una visita pastoral.
Tanto el sacerdote Antonio Lucena, como el sacristán Diego Valencia han sido reconocidos a título póstumo con la medalla Pro Ecclesia Gadicense et Septense que otorga la Diócesis de Cádiz y Ceuta.