Al recibir este sábado en el Vaticano a una asociación de otorrinos y pediatras italianos, el Papa Francisco lamentó que actualmente hoy se prefiera tener perritos en vez de hijos.
“Ustedes pediatras, en particular, son puntos de referencia para las parejas jóvenes. Los ayudan en su tarea de acompañar a los niños en crecimiento. Los hijos son siempre un don y una bendición del Señor”, resaltó el Pontífice en su discurso.
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El Santo Padre advirtió luego que “Italia es un país que envejece: esperemos que pueda revertir la tendencia, creando condiciones favorables para que los jóvenes tengan confianza y vuelvan a tener el valor y la alegría de convertirse en padres”.
“Tal vez esto no lo debería decir pero lo digo: hoy se prefiere tener un perrito a un hijo. ¡Vuestra tarea es muy limitada, pero crece más la de los veterinarios! Y esta no es una buena señal”, señaló el Papa Francisco.
No es la primera vez que el Pontífice se refiere al tema. En mayo de este año contó que le tocó regañar a una señora que trataba a su perro como a un hijo; mientras que en enero de 2022 lamentó que muchas parejas les den a perros y gatos el lugar de los hijos.
"Muchas parejas no tienen hijos porque no quieren o tienen solamente uno porque no quieren más, pero tienen dos perros, dos gatos… Sí, perros y gatos ocupan el lugar de los hijos", señaló el Papa Francisco en aquella oportunidad.
Dos fenómenos peligrosos en la salud
En su discurso de hoy, el Pontífice se refirió también a “otros dos fenómenos opuestos e igualmente peligrosos que se van difundiendo: de un lado la búsqueda de la salud a todo costo, la utopía de la eliminación de la enfermedad, sacando la experiencia cotidiana de la vulnerabilidad y del límite”.
De otro lado, “el abandono de quien es más débil y frágil, en algunos casos con la propuesta de la muerte como único camino. Pero una medicina que renuncia a la cura y se atrinchera detrás de procedimientos deshumanizados y deshumanizantes no es ya más el arte de curar”.
Ante esta situación, explicó el Papa Francisco, es necesaria la verdadera compasión, aquella que muestra el buen samaritano del Evangelio, “que no se va a otra parte, sino que se inclina sobre el hombre herido y alivia su sufrimiento, sin cuestionar, sin dejar que su corazón y su mente se cierren por prejuicios, sin pensar en su propio beneficio”.
Aunque no la mencionó, las palabras del Papa se dan pocos días después de la muerte de la bebé de ocho meses Indi Gregory, en Reino Unido, por quien el Pontífice rechazaba luego de que se le desconectara del soporte que la mantenía con vida, una decisión judicial que se tomó en contra de la voluntad de los padres.