La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó su firme condena a los operativos implementados por el Gobierno de México en contra de los migrantes, afirmando que “la contención y deportación no son la respuesta ante los flujos migratorios”.
En un comunicado, la Iglesia manifestó su preocupación por las acciones llevadas a cabo por el Instituto Nacional de Migración (INM) en territorio mexicano, señalando que, en lugar de hacer “rescates humanitarios”, dichos operativos tienden a ser “acciones de criminalización y desprecio a las personas migrantes y refugiadas”.
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“A poco más de un año de que se incrementara exponencialmente la llegada de personas migrantes a territorio mexicano, las estrategias de las autoridades federales, particularmente del INM, han sido la contención, detención, deportación y militarización”, manifestó la CEM.
Incluso el Grupo de Trabajo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Detención Arbitraria visitó los estados de Chiapas (sur), Morelos (centro) y Nuevo León (norte), y reportó que "un gran número de migrantes y solicitantes de asilo se encuentran detenidos en México, una cifra que llega a más de 240.000 personas en el primer semestre de 2023".
Según la Secretaría de Gobernación de México (SEGOB), entre enero y septiembre de 2023 se detectaron 501.709 “personas en situación migratoria irregular” en el país.
En el documento de los obispos, dirigido a la secretaría de gobernación, al INM, a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y al gobierno de la capital del país, afirma que Tapachula, Oaxaca, Ciudad de México, Monterrey, Tijuana, Reynosa y Ciudad Juárez, entre otras, “están rebasadas para atender a las personas migrantes y refugiadas”.
“México se está convirtiendo en una gran Estación Migratoria para las personas migrantes y refugiadas, en donde no se les permite tener una estancia regular pero tampoco se les permite transitar hacia su destino”, señala.
Ante ello, la Iglesia ha llamado a las autoridades federales, especialmente al INM, para que “flexibilicen” sus criterios en la obtención de visados humanitarios, permitiendo así que las personas en contexto de migración puedan tener una estancia regular en territorio mexicano.
Asimismo, los obispos invitan a las parroquias de todo el país a que se conviertan en centros de acogida para personas migrantes y refugiadas.
De la misma forma, los prelados mexicanos aseguran que seguiran orando para lograr “una sociedad sin discriminación, sin xenofobia y sin racismo, al amparo de la mirada siempre protectora de la Virgen de Guadalupe”.