Este jueves 16 de noviembre, el Papa Francisco recibió a los participantes de la conferencia sobre la Venerable María de Jesús de Ágreda, monja concepcionista española, promovida por la Pontificia Academia Mariana Internacional.
El Santo Padre destacó que la Madre Ágreda “fue una mujer excepcional”, definida en varias ocasiones como una “enamorada de la Escritura”, “mística mariana” y “evangelizadora de América”.
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A continuación, el Pontífice reflexionó sobre “tres lecciones que la mujer contemplativa puede dar a la Iglesia”.
La lección del silencio
El Papa Francisco afirmó que el silencio y la escucha es una actitud de todos, “pero especialmente femenina”.
Para el Santo Padre, “la mujer sabe escuchar y tiene una especial vocación a la escucha”.
“Sorprende cómo, incluso sin una formación específica, algunas hermanas alcanzaron un notable conocimiento de la Escritura y, en la escuela de la oración, han bebido de ella como de una fuente viva”.
Por eso, para el Pontífice, llamarlas “enamoradas de la Escritura” es una expresión “que va más allá que alabar el uso de la misma en sus escritos, es ver a Cristo mismo que les habla y nos habla a través de su Palabra, pidiéndonos que a ejemplo de María de Jesús conservemos todo en nuestro corazón”.
La lección mística
El Pontífice explicó que la mística “es un trato con Dios que nace de esa actitud de escucha, de esa lectura encarnada de la Sagrada Escritura”.
“Una experiencia, podemos decir, extática, sí, pero entendiendo que ‘éxtasis’ quiere decir salir de sí, salir de nuestras comodidades, del yo egoísta que busca siempre dominarnos”, aclaró.
Puntualizó que “se trata de hacer espacio a Dios, para que, dóciles al Espíritu Santo, el aposentador del Rey, podamos recibirlo en nuestra casa”.
En este sentido, afirmó que “los contemplativos nos enseñan, a través de un camino de ascesis, abandono y fidelidad, el gozo de vivir sólo para Él”.
“Y a veces la contemplación se hace en silencio, delante del Señor, en silencio. Y en este mundo que siempre está lleno de cosas, de palabras, de noticias, es toda una industria de la comunicación externa, la comunicación interna, en silencio, es tan necesaria”.
La lección de la misión
Por último, el Papa Francisco destacó que la Madre Ágreda y las religiosas concepcionistas, que fueron las primeras claustrales en llegar a América, “nos dan prueba de este espíritu misionero de la vida contemplativa”.
Además, puntualizó que “no es casual que otra gran mística, Santa Rosa de Lima, sea la primera santa del continente”.
“Es comprensible que la Madre Ágreda sintiera el llamado del Señor de rezar por aquellas almas que aún no lo conocían, y que esta oración fuese fecunda en el alma de aquellos que, al decir de los misioneros, se encontraron bien dispuestos a recibir el bautismo”.
El Santo Padre señaló que “normalmente no somos conscientes de la fuerza de la oración de intercesión en nuestras vidas” e instó a no olvidarnos “del gran gesto de María, que nos lo revela en las bodas de Caná. María nunca se señala a sí misma, María señala al Hijo”.