Con la lectura de un mensaje dirigido al pueblo de Dios, este martes culminó en la ciudad de Cochabamba la 113a. Asamblea ordinaria de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB).
Durante los días de la Asamblea, los obispos analizaron la situación política y económica del país y el mundo, en un contexto marcado por la violencia; el escenario eclesial y la necesidad de diálogo y paz en Bolivia.
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Otro de los puntos principales fue el análisis del medio ambiente y la ecología, el cambio climático y los incendios en tierras ancestrales.
El encuentro se desarrolló del 9 al 14 de noviembre en la casa de retiros Cardenal Clemente Maurer. Al finalizar, el secretario general de la CEB, Mons. Giovani Arana, dio lectura al mensaje conclusivo.
El documento final está dividido en tres secciones. La primera, titulada “Artesanos de paz”, hace hincapié en la necesidad de paz y diálogo, y asegura que “cuando los señores de la guerra deciden sobre la vida de los demás, se toman el lugar de Dios y destruyen la vida de otros seres”.
En ese sentido, anima a no callar el grito de la paz, para “que se vuelva realidad en la acogida del Señor”.
En referencia a la primera sesión del Sínodo de la Sinodalidad que se desarrolló en octubre en Roma, y contó con la presencia de referentes de la Iglesia en Bolivia, los obispos destacan la importancia de “dialogar entre posiciones distintas, siempre y cuando se renuncie a intereses personales y de sectores para pensar éticamente en el bien común, mirando a los demás como a hermanos y no como a competidores”.
“La incapacidad o la falta de voluntad de construir respuestas a las necesidades básicas y estructurales deja así paso a un país en conflicto, donde ya no prima la ética sino el poder, quedando desamparados los más débiles y empobreciendo a un grupo creciente de la población”, manifiesta el comunicado. “Lo mismo sucede en la justicia utilizada como represión y manifestación de poder que maltrata y somete”, añade.
Por eso, llama a los cristianos “a proclamar la verdad” y, desde allí, “construir propuestas de auténtica justicia y soluciones pensadas en el bien común”. Esto, asegura, “construirá la paz”.
Asimismo, denuncia una “situación de degeneración del poder y de la democracia”, ante la que los cristianos están llamados “a la valentía, al coraje en el camino de nuestra sociedad como de la Iglesia”.
En la misma línea, exhorta a los cristianos a “reconocer los escándalos que azotan a la comunidad católica del país y que exigen trabajar para detener las situaciones que los provocan, y también para curar, sanar y prevenir, mientras que la Justicia tendrá que cumplir con su labor”.
Al tocar el tema del cambio climático, el mensaje hace hincapié en los incendios ocurridos en la selva, considerando que son utilizados para quitar tierras ancestrales a poblaciones originarias, “que hasta hoy han sido guardianes de la selva”, con el objetivo de “dar campo a la ocupación promovida y favorecida desde algunas instituciones burocráticas del Estado”.
Los prelados advierten que Bolivia “sufre el impacto del cambio climático con temperaturas elevadas y sequía, consecuencias de acciones irresponsables y egoístas, que se han perpetuado por largo tiempo”.
Por otra parte, se refirieron a la contaminación de los ríos por parte de la minería, que afectó la salud de la población “y se ha vuelto instrumento de enfermedades y contaminación física y moral”. Por eso, llamaron a “defender a la naturaleza para proteger la vida de todos y a tomar acciones cotidianas de cuidado del medioambiente”.
Cercanos al tiempo de Adviento, en preparación a la Navidad, el Episcopado anheló que “sea un tiempo de gracia, de gozo y de conversión”.
“El nacimiento de Jesús nos ayude a romper las tinieblas y nos haga capaces de cantar juntos: ¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que ama el Señor!”, concluyó.