El Vaticano reafirma que los católicos no pueden pertenecer a la masonería y tienen prohibido afiliarse a una logia debido a su irreconciliabilidad con la doctrina católica.
Así lo indicó el Dicasterio para la Doctrina de la Fe en un documento difundido este miércoles 15 de noviembre con la firma de su prefecto, el Cardenal Víctor Fernández, y con la aprobación del Papa Francisco.
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El escrito surge como respuesta a Mons. Julito Cortes, Obispo de Dumaguete (Filipinas), quien expuso a la Santa Sede su preocupación debido a la situación provocada en su Diócesis “por el continuo aumento del número de fieles” que ingresan en la masonería.
Por ello, según relata el Cardenal Fernández, el Obispo filipino solicitó “sugerencias sobre cómo responder adecuadamente a esta realidad desde el punto de vista pastoral, teniendo en cuenta también las implicaciones doctrinales”.
Según el documento, la pertenencia a la masonería es muy significativa en Filipinas e implica “no sólo a quienes están formalmente inscritos en las logias masónicas” sino “a un gran número de simpatizantes y asociados que están personalmente convencidos de que no hay oposición entre la pertenencia a la Iglesia católica y a las logias masónicas”.
Por ello, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe apela a la Conferencia Episcopal Católica de este país asiático a “poner en marcha una estrategia coordinada entre los distintos Obispos que contemple dos enfoques”.
En primer lugar, reafirma que “en el plano doctrinal, debe recordarse que la pertenencia activa a la masonería por parte de un fiel está prohibida debido a la irreconciliabilidad entre la doctrina católica y la masonería”.
Asimismo, remarca que “aquellos que están formalmente y a sabiendas inscritos en logias masónicas y han abrazado los principios masónicos” deben responder a las disposiciones establecidas en la Declaración sobre la masonería y a las directrices publicadas por la Conferencia Episcopal de Filipinas en 2003.
Además, aclara que “estas medidas también se aplican a cualquier clérigo inscrito en la masonería”.
En cuanto al nivel pastoral, el Dicasterio propone que los prelados del país “lleven a cabo catequesis accesibles al pueblo y en todas las parroquias sobre las razones de la irreconciliabilidad entre la Fe Católica y la masonería”.
Por último, se invita a los obispos filipinos a considerar si deben pronunciarse públicamente sobre el asunto.
¿Qué dice la Iglesia Católica de la masonería?
El Código de Derecho Canónico establece en el numeral 1374 que “quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con entredicho”.
Esta redacción aprobada en 1983 difiere de la versión de 1917 en dos cuestiones: la pena no es automática y no se menciona explícitamente a la masonería.
Ante esto, el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la entonces Congregación (hoy Dicasterio) para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, quien luego se convertiría en el Papa Benedicto XVI, publicó la “Declaración sobre la masonería”.
Ese texto resalta que “no ha cambiado el juicio negativo de la Iglesia respecto de las asociaciones masónicas, porque sus principios siempre han sido considerados inconciliables con la doctrina de la Iglesia”.
Por lo tanto, “la afiliación a las mismas sigue prohibida por la Iglesia. Los fieles que pertenezcan a asociaciones masónicas se hallan en estado de pecado grave y no pueden acercarse a la Santa Comunión”.