Con ocasión de la celebración de los cien años de la consagración del templo del Monasterio de Nuestra Señora de las Maravillas, el Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco señaló que la sintonía con el corazón de Dios es el camino para vivir la auténtica fraternidad.
"Miremos a nuestro corazón y mirémosle a Él, hay una sintonía profunda". Dios, añadió, es el que nos da la medida del Amor. “Si sintonizamos con el corazón de Dios, entonces encontramos a un prójimo", como el que se encontró el buen samaritano del evangelio, explicó el Arzobispo de Madrid.
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Durante la Eucaristía que siguió al rezo del rosario y a la novena en honor a la Virgen del Carmen, el presidente de la Conferencia Episcopal Española recordó la historia y los avatares del convento, cuyo templo fue inaugurado un 11 de julio de 1904.
Según el Cardenal, el convento siempre estuvo unido a la advocación de la Virgen de las Maravillas. Explicó que estas dos advocaciones, la del Carmen y la de las Maravillas, "señalan el carisma del Carmelo y nos llevan a la misma conclusión: que es necesario no olvidarse de Dios, del Dios verdadero".
“La tentación del hombre ha sido, desde el principio, olvidarse de que es imagen de Cristo y, cuando los hombres no lo notan, pasan de largo y siguen olvidándose del Dios Verdadero, pronto se convierten en pequeñas grandes tragedias", señaló.
Asimismo, el Purpurado dijo durante su homilía que “los mandatos de Dios no son imposibles", sino todo lo contrario, "están escritos en el corazón del hombre".
"El hombre del siglo XXI tiene que pensar que los mandamientos de Dios es lo que conviene al hombre. Dios nos guía a través de esa voz que nos proclama los mandamientos". "La conciencia es el órgano de resonancia de la Voz de Dios, que suena cuando no la acallamos", puntualizó.