El Papa Francisco ha mostrado su apoyo y se une en oración por Indi Gregory, la niña inglesa de 8 meses que padece una enfermedad terminal y que ha sido desconectada este 11 de noviembre del soporte vital que la mantiene con vida, a pesar de la oposición de los padres.
La decisión de los médicos del Queen’s Medical Center de Nottingham (Inglaterra) fue tomada después de que los jueces ingleses se negaran a trasladar a la niña a Italia. A fecha de hoy, la menor cuenta con la ciudanía italiana y con el respaldo del Hospital Pediátrico Bambino Gesù de Roma, conocido como el Hospital del Papa, que estaba dispuesto a recibirla y otorgarle tratamiento.
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El director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, dio a conocer este sábado el pensamiento del Santo Padre sobre este caso: “El Papa Francisco se une a la familia de la pequeña Indi Gregory, a su papá y a su mamá, ora por ellos y por ella, y dirige sus pensamientos a todos los niños que en estas mismas horas en todo el mundo viven en el dolor o corren peligro debido a la enfermedad y la guerra”.
Dean Gregory, el padre de la menor, agradeció el gesto del Pontífice. “Claire, Indi y yo estamos muy agradecidos y honrados de escuchar estas hermosas palabras del Papa Francisco, se lo agradecemos mucho”, respondió el padre de la pequeña a un medio local. A pesar de no ser creyentes, los padres decidieron bautizar a Indi el pasado 22 de septiembre.
La justicia en el Reino Unido había determinado que las 2:00 p.m. (hora local) del 11 de noviembre era la hora límite para desactivar los dispositivos médicos que mantienen con vida a la niña, que sufre una enfermedad mitocondrial severa.
Según los jueces, trasladar a la niña, incluso a su hogar, no era lo más conveniente, y por ello ha sido reubicada en un hospicio, donde pasará sus últimas horas o días con vida mientras se le reduce paulatinamente la cantidad de oxígeno.
El padre de la menor ha señalado que se encuentra “devastado y enojado porque el Reino Unido ha condenado a muerte a una niña viva en lugar de aceptar la oferta de Italia de tratarla sin costo alguno para el gobierno británico”.
Jacopo Coghe, portavoz del movimiento Pro Vita e Famiglia, ha indicado este sábado, en un comunicado, que prohibir el traslado de Gregory a Italia es “una derrota para la humanidad, para la medicina, para la ciencia y para la civilización occidental”.
"Esperamos que se promueva rápidamente un acuerdo político institucional bilateral entre Italia y el Reino Unido que permita en el futuro a los padres que deseen traer a sus hijos enfermos. Las personas deben ser tratadas en Italia para evitar eventos similares a este”, sostuvo.
Para el líder provida, la sentencia de los jueces ingleses “fue adoptada sobre la base de parámetros de dignidad de vida totalmente eutanásicos que nos retrotraen a los periodos más oscuros de nuestra historia reciente: una niña hoy morirá por asfixia, no por culpa de su enfermedad sino porque un juez impidió a sus padres ayudarla a respirar”.