Adam Smith-Connor, un veterano del ejército británico, se prepara para comparecer ante la justicia de su país por cargos penales relacionados con “orar en silencio, mentalmente”, frente a una clínica de abortos en Bournemouth, según informa la organización jurídica Alliance Defending Freedom en el Reino Unido (ADF UK, por sus siglas en inglés).
Smith-Connor, quien participó como soldado de reserva en la guerra de Afganistán que comenzó en 2001, se ha declarado “inocente” de violar una ordenanza local que establece una “zona de seguridad” cerca del centro abortista. Dicho reglamento prohíbe cualquier “expresión de aprobación o desaprobación” al aborto, incluso mediante la oración.
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Los abogados del veterano alegan que no pudo expresar ninguna opinión sobre el tema simplemente con pensamientos dentro de su mente, y que todo el caso “es una violación de su derecho fundamental a la libertad de pensamiento”.
“Al permitir el procesamiento penal de la oración silenciosa, estamos navegando hacia aguas peligrosas en lo que respecta a la protección de los derechos humanos en el Reino Unido”, indica Jeremiah Igunnubole, asesor legal de ADF UK.
Para Igunnubole, “las zonas de censura son intrínsecamente erróneas y crean una confusión jurídica inútil respecto del derecho a pensar libremente”. Y añade: “Tanto el derecho nacional como el internacional han establecido desde hace tiempo la libertad de pensamiento como un derecho absoluto en el que el Estado nunca debe interferir”.
ADF UK logró acceder a una grabación que muestra la interacción entre Smith-Connor y los oficiales de policía que lo abordaron mientras rezaba en silencio. En el video, se puede observar cómo el veterano explica que estaba “orando por su propia experiencia con el aborto”, después de haber procurado y pagado uno hace veintidós años.
“Estoy rezando por mi hijo”, señala. También oro por los hombres y mujeres que hoy enfrentan decisiones difíciles sobre el mismo tema, añade. Smith-Connor recibió una notificación de multa después, a pesar de haber permanecido en el lugar por muy poco tiempo.
“Se podría pensar que esta es una historia de [la novela] 1984 de Orwell, pero en realidad esto está sucediendo en Inglaterra en 2023”, indica Smith-Connor.
“Los 'crímenes de pensamiento' no deberían ser perseguidos en el Reino Unido. Gran Bretaña tiene una historia de defensa de los derechos humanos de la que podemos estar orgullosos y un respeto por la libertad que luché por defender cuando serví a este país durante veinte años en las reservas del ejército, incluido Afganistán. Luché para defender nuestras libertades, pero ahora mi propia libertad de pensamiento está en peligro”, manifiesta.
Su equipo legal también asegura que la libertad de pensamiento está absolutamente protegida a través de la Declaración Universal de Derechos Humanos y, por lo tanto, el Estado no tiene poder para introducir una prohibición de rezar en silencio.
“Hay preguntas importantes que deben responderse sobre la validez de que un ayuntamiento redacte su propia Orden de Protección de Espacios Públicos y procese él mismo las presuntas violaciones de la misma; colocándose en la posición de juez, jurado y verdugo. El Estado de Derecho exige responsabilidad democrática, algo que evidentemente falta en este caso ”, comenta Jeremiah Igunnubole.