Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) se encuentran “preocupados por la crisis política que existe en el país”, derivada de los enfrentamientos entre partidos políticos “incapaces de ponerse de acuerdo” para elegir un Fiscal General y un Fiscal General Adjunto.
En un comunicado publicado el 8 de octubre, los Prelados manifestaron su inquietud ante la situación causada por la falta de consenso a la hora de elegir a los nuevos jefes de la Fiscalía General de la República, institución encargada de impartir justicia en el país.
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La elección de los nuevos jefes del Ministerio Público ha dado lugar a enfrentamientos entre simpatizantes del gobernante Partido Libertad y Refundación (Libre) y del Bloque de Oposición Ciudadana (BOC) de Honduras, compuesto por las principales fuerzas opositoras, los partidos Nacional, Liberal, Alianza Patriótica y Salvador de Honduras.
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Los dos nuevos fiscales debieron haber asumido el pasado 1 de septiembre, pero no fue posible por la falta de votos entre las principales fuerzas políticas del Parlamento. Por esta razón se creó la Comisión Permanente del Parlamento de Honduras, integrada por 9 congresistas, la cual designó el 1 de noviembre, de forma unánime, a Johel Zelaya como Fiscal General y a Mario Morazán como Fiscal Adjunto, ambos de manera interina.
No obstante, esta designación ha sido rechazada por el BOC, catalogándola como una “violación más a la constitución” y como “ilegal”.
Los Prelados lamentaron que, a pesar de las “esperanzas” generadas por los resultados del último proceso electoral, se observe “el regreso de los males de antaño, con el atropello de la ley y de las instituciones”.
“Los políticos y quienes nos gobiernan siguen repitiendo el pasado, impidiendo que se consolide la democracia en nuestro país”, criticaron.
Por esta razón, “ante la delicada situación” que atraviesa el país, los Obispos expresaron su deseo de que el “diálogo sincero, los consensos y el amor por Honduras, prevalezcan en todo el actuar de las instituciones del Estado, buscando con ello el bienestar general y el progreso social de todos”.
Asimismo, la CEH advirtió que “el uso de la violencia, la coerción, la división y la compra de voluntades no son el camino del progreso y la justicia, sino que siempre estarán llevando al país hacia el fracaso y el deterioro institucional”.
En nombre del pueblo de Dios, expresaron el deseo de “vivir en paz y armonía en un país lleno de oportunidades”.
“Para obtener estos fines, los dirigentes políticos deben actuar con transparencia y llenarse de sabiduría, de honestidad y de civismo”, indicaron.