Tras la masacre ocurrida el pasado sábado en el municipio de San Carlos, los obispos de la diócesis de Sonsón-Rionegro –presididos por Mons. Ricardo Tobón Restrepo– lanzaron un comunicado a la opinión pública donde expresaron su “sentimiento de profundo dolor” por el crimen e hicieron un “llamado al compromiso y a la esperanza”.
El mensaje afirma que “el asesinato de siete campesinos indefensos a manos de un grupo armado, nos obliga no sólo a repudiar de manera contundente el crimen cometido, sino a reclamar para los culpables la condena y el rechazo de parte de la sociedad”.
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“Este trágico hecho se une a muchos otros que, en los dos últimos meses, han venido llenando de zozobra y de tristeza el Oriente Antioqueño. También en otros municipios ha habido masacres, desplazamientos y muertes selectivas. Varias veredas se hallan deshabitadas por presiones de los grupos armados”, explicó el comunicado y aclaró que “aunque estos hechos no hayan sido ampliamente dados a conocer a la opinión pública, han venido acrecentando cada día más el desconcierto, el terror y la angustia”.
“Nos preocupa seriamente –continúan los obispos– que el cultivo de coca se ha incrementado en algunos municipios, con nefastas consecuencias para la población que sólo se alcanzarán a medir a mediano y largo plazo. Se cometen atropellos inconfesables contra la dignidad de la persona humana tales como violaciones sexuales, saqueo de bienes, cerco por hambre, falsas acusaciones a personas humildes e indefensas, torturas, alineamiento forzoso en alguno de los bandos en conflicto”.
El comunicado resalta que “como pastores no podemos callar ante tanta insensatez y tanto sufrimiento. Como servidores del hombre tenemos que velar por el respeto a la dignidad humana y por la defensa de los derechos fundamentales de las personas, sobre todo, el derecho a la vida y a la libertad”.
“Queremos alertar a las autoridades y a la sociedad civil sobre las difíciles situaciones que vive la región del Oriente de Antioquia. Nos parece que urge una evaluación pronta y objetiva para buscar salidas adecuadas que permitan un clima de serena convivencia”, agrega el texto.
Más adelante, los obispos hacen “un llamado a los alzados en armas para que entiendan, de una vez por todas, que es hora de la paz; que estos procedimientos van en contravía de los esfuerzos que se vienen haciendo por una Colombia nueva; que el mundo siempre condenará los actos terroristas como el peor, el más inútil y el más infame de los métodos para lograr una causa; que tendrán que responder ante la historia y ante Dios por tanta sangre y tantas lágrimas”.
Asimismo, los prelados expresaron que “hacemos un llamado a la sociedad civil al compromiso y a la esperanza. La paz no nos llegará gratuitamente, será el fruto del esfuerzo de todos por construir una patria nueva en la verdad, la libertad, la solidaridad y la justicia”.
“Hacemos nuestro el dolor y la pena de tantas víctimas que en forma absurda han padecido y padecen los estragos de la violencia; continuamos aportando, desde nuestra específica misión, la luz de la verdad, los mejores esfuerzos por el diálogo y la reconciliación y la presencia pastoral al lado de todos los que sufren; seguimos orando porque amanezca sobre el horizonte de Colombia el don bendito de la paz”, concluye el mensaje.
El comunicado está fechado el 13 de julio y firmado por Mons. Tobón Restrepo; y por Mons. Adolfo Duque Arbeláez, Vicario General; Mons. Iván Cadavid Ospina, Vicario de Pastoral; y Mons. Darío Gómez Zuluaga, Vicario de Administración.