Un cardenal y canonista ha negado los reportes que lo involucran en la modificación del proceso de elección papal para hacerlo más sinodal.
Los sitios web The Pillar y The Remnant señalaron el 4 de noviembre que el Cardenal Gianfranco Ghirlanda, un experto en derecho canónico estrechamente asociado con el Vaticano, había recibido el encargo del Papa Francisco de redactar revisiones a la normativa de los cónclaves.
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Los cambios que se estarían considerando, según indicaron, incluyen modificar las reuniones previas al cónclave, llamadas congregaciones generales, para llevar a cabo discusiones en pequeños grupos al estilo del Sínodo de la Sinodalidad, y limitar la participación en esas reuniones a los cardenales con derecho a voto, es decir, a los purpurados menores de 80 años.
"No sé nada al respecto, y cualquier implicación que tenga en ello es pura mentira", precisó el Cardenal Ghirlanda a EWTN News en un correo electrónico la mañana del lunes 6 de noviembre.
Ese mismo día, el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, también negó tener conocimiento de tal documento en una declaración a CNA —agencia en inglés del Grupo ACI—.
The Remnant informó el 4 de noviembre que el Papa Francisco está considerando una propuesta del Cardenal Ghirlanda para permitir que los laicos participen en el cónclave, incluyendo la posibilidad de votar para elegir a un nuevo Pontífice.
The Pillar, citando a "un importante canonista de alto rango cercano al Vaticano", señaló que el conocimiento del proceso para reformar los cónclaves "está muy extendido en los círculos canónicos del Vaticano, al igual que el papel del Cardenal Ghirlanda".
Las congregaciones generales son reuniones preparatorias del Colegio Cardenalicio que se celebran todos los días antes del comienzo de la elección. Son un momento para que los cardenales se familiaricen con las normas relativas a los cónclaves y, según la legislación vigente, "expresen sus puntos de vista sobre posibles problemas, pidan explicaciones en caso de duda y hagan sugerencias”.
Durante las congregaciones generales, los cardenales pueden dirigirse a todo el Colegio. Pero uno de los cambios propuestos, según The Pillar, es convertir estos intercambios en "conversaciones espirituales" de grupos más reducidos de cardenales, similares a los debates en pequeños grupos de la asamblea del Sínodo de la Sinodalidad celebrada en octubre.
El proceso de elección papal y la sede vacante (el período entre la muerte o renuncia de un Pontífice y la elección de su sucesor), están regulados por la constitución apostólica Universi Dominici Gregis de San Juan Pablo II (1996) y la constitución apostólica Praedicate Evangelium del Papa Francisco (2022).
El Papa Benedicto XVI hizo dos revisiones a la Universi Dominici Gregis durante su pontificado, estipulando que en caso de un punto muerto, la elección debe decidirse por mayoría de dos tercios en lugar de mayoría simple y que un cónclave puede comenzar antes o después de 15 días tras la muerte de un Papa.
Los cónclaves, que tienen lugar en la Capilla Sixtina, se celebran en estricto secreto. Los Cardenales que participan juran "guardar absoluto y perpetuo secreto" sobre las papeletas y su escrutinio ante cualquier persona ajena al Colegio Cardenalicio, so pena de excomunión automática.
Según la ley de la Santa Sede, durante una sede vacante, "todos los responsables de las instituciones curiales y los miembros cesan en su cargo", aunque los secretarios "atienden el gobierno ordinario de las instituciones curiales, ocupándose únicamente de los asuntos ordinarios".
El Papa Francisco decidió, a principios de este año, que la oficina del auditor general, que es responsable de auditar los estados financieros de la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano, y que no tiene un secretario, también puede continuar su "administración ordinaria" en el caso de una sede papal vacante.
Los otros cargos que se mantienen durante una sede vacante son el del Penitenciario mayor, que se ocupa de las cuestiones relacionadas con el sacramento de la Confesión y las Indulgencias; el Camarlengo, que supervisa los preparativos de un cónclave papal y gestiona la administración de la Santa Sede durante el interregno; y el limosnero papal.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Originalmente publicado en CNA.