El 24 de octubre, el Papa Francisco aprobó el milagro atribuido a la intercesión de la Beata Mama Antula, nacida en Argentina en 1730. Claudio Perusini, el receptor del milagro que llevará a los altares a la beata y la convertirá en la primera mujer santa argentina, relató su historia.
En conversación con LT10, Claudio Perusini narró los acontecimientos, que comenzaron una noche mientras visitaba a sus hijos en la ciudad de Santa Fe, cuando tuvo un accidente cerebrovascular (ACV).
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"Es como que me relajé. Dicen que me levanté a las 5 de la mañana para ir al baño y, cuando volví, me dormí y empecé a respirar profundo y a hacer ruidos. Mi mujer me llama y ya desde ahí no me acuerdo nada”, relató.
“Sé que llamaron a la ambulancia y me llevaron al [hospital] Cullen", añadió en el programa radial “El Cuarto Poder”.
Perusini había sufrido un ictus isquémico con infarto hemorrágico en varias zonas, a lo que luego se le sumarían un shock séptico resistente con fallo multiorgánico y un coma profundo. La tomografía mostró un infarto extenso del tronco encefálico. La esperanza de vida era nula.
Fue un antiguo compañero de escuela de Perusini quien introdujo a Mama Antula en la historia. Se trata de Mons. Ernesto Giobando, Obispo Auxiliar de Buenos Aires, quien apenas se enteró de lo sucedido, viajó a Santa Fe y se presentó en el hospital.
El Prelado ingresó a terapia intensiva “y dicen que estuvo rezando tres horas”, relató Claudio. Al salir del sanatorio, fue a casa de la mamá del paciente, donde se encontraba reunida la familia. “¿Claudio no les habló de Mama Antula?", les preguntó.
Mons Giobando le entregó a María Laura, la esposa de Claudio, una estampita de la beata santiagueña, y comenzó a rezarle.
Al cabo de unos días, el hombre retomó sus funciones vitales, y luego de una larga recuperación, con rehabilitación y fisioterapia, hoy lleva una vida normal.
Claudio Perusini admitió que no conocía la historia de la futura santa. “En rehabilitación volví a leer, y empecé a leer sobre Mama Antula", recordó.
María Antonia de Paz y Figueroa —Mama Antula— fue una mujer de la provincia argentina de Santiago del Estero, laica consagrada, reconocida por dedicar su vida al anuncio del Evangelio, en especial entre los más pobres.
Fundó la Santa Casa de Ejercicios Espirituales en Buenos Aires, y desde allí difundió la espiritualidad jesuita, manteniendo vivo el legado ignaciano.
Su beatificación fue celebrada en agosto de 2016 en Santiago del Estero, luego de la aprobación de un milagro atribuido a su intercesión: la sanación de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador, ocurrida en 1904.
Se prevé que la ceremonia de canonización se celebre en enero de 2024 en la Plaza de San Pedro. “La emoción va a ser muy grande”, anticipó el hombre del milagro.