El presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, Mons. Stanislaw Gadecki, ha señalado que una dificultad que puede darse parcialmente en la sinodalidad radica en distinguir la práctica pastoral —que puede adaptarse a las diferentes circunstancias culturales— de la doctrina de la Iglesia.
“Una cosa es la práctica pastoral y otra es la doctrina. En la doctrina, la Iglesia no puede diferir, no puede llevar diferentes puntos de vista a otras partes del mundo, a diversos continentes. La doctrina tiene que ser ‘católica’ [universal] y la misma para todos”, señaló el también Arzobispo de Poznan durante la conferencia de prensa llevada a cabo ayer en el Vaticano, en el marco del Sínodo de la Sinodalidad.
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El presidente del Episcopado polaco explicó que en el caso de las “diferentes expresiones pastorales”, estas surgen de las diversas culturas, idiomas y situaciones históricas que existen en el mundo y que, precisamente por ello, “no pueden ser llevadas de un país a otro”.
En ese sentido, aclaró que las diferentes prácticas pastorales no influyen en la doctrina cristiana, en el Magisterio, en la Sagrada Escritura y en la Sagrada Tradición.
“En lo que respecta a las cosas esenciales, no puede haber un desarrollo de la doctrina cristiana, pero en las cosas que no son esenciales, siempre puede haber un cambio, siempre y cuando ese cambio sea un verdadero desarrollo”, explicó en referencia al concepto teológico del desarrollo de la doctrina.
Mons. Gadecki, uno de los tres obispos polacos que participan en la primera sesión del Sínodo de la Sinodalidad, también señaló que el método aplicado estos días ha traído consigo diferencias y acuerdos, y los participantes no están ocultando los desafíos.
“Sería inútil reunirse durante un mes y ocultar las dificultades que existen en diversos casos y que deben tener también una respuesta adecuada”, indicó.
En esta primera sesión del Sínodo, se ha aplicado el método de la “conversación espiritual” para que haya en los participantes una escucha atenta al Espíritu Santo y sea Él el protagonista.
En la etapa de los círculos menores, esto ha incluido cuatro minutos de silencio cada dos o tres intervenciones, y uno entre cada intervención. Se trata de una metodología nueva en la historia de los Sínodos.
Por su parte, el metropolita Iosif de Europa occidental y meridional —obispo ortodoxo rumano que participa como delegado fraterno, sin derecho a voto— señaló durante la rueda de prensa que un desafío en la comprensión ortodoxa de la sinodalidad es alcanzar un consenso entre los obispos.
“En la Iglesia ortodoxa, no es la mayoría la que ‘decide’, como vemos a menudo en los procesos sinodales”, explicó el metropolita. Añadió que lo bueno de la sinodalidad “es que nunca estás solo cuando tomas decisiones”.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.