Mons. Robert Deeley, Obispo de Portland (Estados Unidos), eleva sus oraciones y pide rezar por todos los afectados en los tiroteos masivos perpetrados la noche del miércoles 25 de octubre en la ciudad de Lewiston, que cobraron la vida de al menos 18 personas y dejaron a otras 13 heridas.
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CNN en Español informa que ayer ocurrieron dos tiroteos en una bolera —lugar donde se juega a los bolos— en Mollison Way y en el restaurante Schemengees Bar y Grille, ambos en Lewiston, ubicada a unos 60 kilómetros al norte de Portland, capital del estado de Maine.
La Policía local identificó a Robert Card, de 40 años, como “persona de interés”, precisando que debe ser "considerado armado y peligroso". El hombre es instructor certificado de armas de fuego y miembro de la reserva del ejército estadounidense.
Como medida de precaución y mientras prosigue la búsqueda, las escuelas públicas de Lewiston y otros distritos aledaños han cancelado las clases este jueves 26 de octubre.
Además, la gobernadora de Maine, Janet Mills, indicó en rueda de prensa que “toda la gente está entristecida” por lo ocurrido e informó que las banderas estarán izadas a media asta en recuerdo de las víctimas.
La palabra del Obispo
“He recibido con profunda tristeza la noticia del tiroteo masivo en Lewiston. Es desgarrador oír de vidas perdidas y de decenas de heridos, y saber del dolor y la pena que tantas familias están experimentando”, señaló Mons. Deeley en una declaración publicada hoy en la página de Facebook de la Diócesis de Portland.
“Rezamos por todos los afectados por esta violencia terrible, para que el Señor les dé consuelo en medio de la tristeza. En este momento de prueba e incertidumbre, elevemos nuestras oraciones, pidiéndole a Dios que les dé fortaleza, y que se la dé a nuestra comunidad ahora y en los próximos días”, continuó el Prelado.
“Le pedimos también que proteja a nuestros agentes del orden mientras buscan prevenir más daños”, señaló en referencia a “la persona de interés” que es aún buscada por la Policía.
El Obispo de Portland alentó también a los fieles a rezar por el “personal hospitalario y por los capellanes que asisten a los heridos. Si bien puede parecer imposible encontrar esperanza en momentos como estos, podemos buscarla en nuestras raíces espirituales, confiando en que un Dios amoroso no nos abandonará”.
“Mientras le rezamos de distintas maneras, [le pedimos] que nos fortalezca y nos muestre el camino a seguir durante los días difíciles que están por venir”, concluyó.