Este miércoles, el Papa Francisco recordó con tristeza la guerra que se sufre en Israel y Gaza, y pidió la liberación de los rehenes retenidos por el grupo terrorista Hamás y permitir el ingreso de la ayuda humanitaria a la Franja.
Al término de la Audiencia General de este 25 de octubre, el Santo Padre recordó con tristeza el “grave” conflicto que azota Tierra Santa desde que la organización islamista Hamás atacó Israel el pasado 7 de octubre.
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Durante su saludo a los peregrinos de lengua italiana, el Sucesor de Pedro señaló que piensa “en la grave situación en Palestina y en Israel”.
“Animo la liberación de los rehenes y el ingreso de las ayudas humanitarias en Gaza. Sigo rezando por quienes sufren”, señaló el Santo Padre.
Después del ataque de Hamás, Israel inició una contraofensiva en la Franja de Gaza, territorio palestino que es controlado por la organización terrorista. Los bombardeos aéreos y el bloqueo impuesto por el gobierno israelí también han puesto en riesgo a la población, que además de las muertes causadas, sufre por la escasez de falta de agua, alimentos y electricidad.
Ante ello, el Papa Francisco expresó su esperanza de que se lleven a cabo “caminos de paz en Oriente Medio”, así como en la “martirizada” Ucrania y “en otras regiones heridas por la guerra”.
Por último, recordó que el próximo viernes 27 de octubre ha convocado una jornada de ayuno oración y penitencia. “A las 18 horas (hora de Roma), nos reuniremos en San Pedro para rezar con el Santo Rosario y la Adoración Eucarística para rogar por la paz en el mundo”.
Desde el inicio de la guerra en Tierra Santa, el Papa Francisco ha instado a la liberación inmediata de los rehenes que están siendo retenidos por los terroristas islámicos de Hamás en Gaza. Actualmente, hay más de 200 personas secuestradas.
La constante tensión en la región de Medio Oriente vive un nuevo episodio de violencia al estallar la guerra entre Israel y Hamás.
Los enfrentamientos, que comenzaron el 7 de octubre con el sorpresivo ataque de Hamás a territorio israelí, están preocupando a la comunidad internacional ante el temor de que escale y se transforme en un conflicto regional o mundial, con otros grupos islámicos y potencias implicados.