El P. Mathew Vattamattam, Superior General de los Misioneros Claretianos, envió un mensaje a todos los miembros de la Congregación con motivo de la celebración litúrgica de San Antonio María Claret, que tiene lugar hoy 24 de octubre. En él recuerda que el Fundador siempre “tuvo un sentido de eternidad” desde el que afrontó su realidad particular.
En esta nueva fiesta de su santo Fundador, el superior claretiano repasa la situación actual del mundo, que se ve afectada “por las guerras en Europa oriental y Oriente Medio”, donde han muerto muchos civiles inocentes. “Vemos más humos de furia elevándose a los cielos que incienso de acción de gracias y alabanza al Creador”, manifiesta.
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“La memoria de nuestro Fundador nos invita a complementar nuestra visión de las cosas aquí y ahora con la perspectiva de la eternidad, que nos ayuda a ensanchar el horizonte de nuestras preocupaciones y a fijar la mirada en lo que es duradero. Desde arriba, los muros de separación desaparecen, lo pequeño y lo grande no importan, y lo que perdura es la verdad y la caridad que todo lo unen”, afirma el P. Vattamattam.
En ese sentido, evoca las palabras de San Pablo: “Somos ciudadanos del cielo” (Flp 2,20), y resalta que también —desde su juventud— San Antonio María Claret “tuvo un sentido de eternidad” desde el que afrontó su realidad particular: “Oraba ardientemente para que los dones del cielo sostuvieran su vida en la tierra”, indica. Y añade que este también fue el sentir de los mártires claretianos, quienes “prefirieron la ciudadanía del cielo a abandonar su fe para vivir un poco más aquí en la tierra una vida sin Dios”.
Asimismo, explica la importancia que tiene este año para la Congregación, ya que se celebran 175 años de la misión de Claret en Canarias, 150 de la misión de Avellana en Chile, 100 años de la presencia de los claretianos en Santo Domingo, Panamá y Alemania, y 50 años de su presencia en Nigeria.
“Estas celebraciones conmemorativas nos invitan a seguir caminando por el camino que el Señor está guiando a la Congregación y a permanecer arraigados en Él mientras navegamos por las diferentes situaciones de la vida. Recordamos a nuestros pioneros y a cientos de misioneros comprometidos que se han unido a la comunidad celestial con San Antonio María Claret”, expresa el sacerdote hindú.
Por último, hace énfasis en el espíritu misionero del Fundador, del que la Congregación es heredera. Y concluye con una oración, pidiendo que cada una de las comunidades claretianas arda en el amor de Dios, y que extiendan sus llamas en cualquier parte del mundo donde se encuentren.