Mons. Franz-Josef Overbeck, Obispo de Essen (Alemania), se ha mostrado de acuerdo con una apertura al diaconado de las mujeres y al sacerdocio de hombres casados ante la falta de vocaciones. Asimismo, defendió el Camino Sinodal alemán al decir que han dejado de lado “tradicionalismos y costumbres” para centrarse “en la jerarquía de la verdad”.
El Prelado, quien desafió al Vaticano al permitir a los sacerdotes de su diócesis bendecir a parejas de homosexuales en un acto promovido por el lobby LGBT, ha sido invitado por la Santa Sede para compartir su visión sobre el Sínodo de la Sinodalidad en el que participa.
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Mons. Overbeck es también el obispo que apoyó la “huelga de mujeres” contra la Iglesia en Alemania, convocada por un grupo de católicas tras el “no” del Papa Francisco a la ordenación de diaconisas.
Camino Sinodal alemán
Al inicio de la rueda de prensa de este sábado 21, el Obispo de Essen habló a favor del Camino Sinodal alemán al decir que es un “camino de renovación”, un proceso que lleva más de 4 años y del que “la opinión pública ha estado siempre muy atenta”.
“El motivo por el que hemos comenzado este camino es más que nada debido a los muchos casos de abuso en nuestra patria”, argumentó el también director de Adveniat, la agencia alemana que financia una gran cantidad de proyectos de ayuda en América Latina.
Pero además, indicó, el proceso alemán es “un camino de penitencia y de renovación” cuyo objetivo es preguntarse “cuáles son los cambios urgentes para renovar la vida eclesial. Toda”.
Este Camino Sinodal se describe a sí mismo como un proceso que reúne a los obispos de Alemania y a determinados laicos para debatir y aprobar resoluciones sobre la forma en la que se ejerce el poder en la Iglesia, sobre la moralidad sexual, el sacerdocio y el papel de la mujer.
Los participantes han votado a favor de borradores que piden la ordenación sacerdotal de mujeres, bendiciones a parejas homosexuales y cambios en la enseñanza de la Iglesia sobre actos homosexuales, causando acusaciones de herejía y temores de un cisma.
Para el Obispo, con este proceso han descubierto “un nuevo modo de estar juntos, algo así como vivir la sinodalidad al nivel de la Iglesia que hay en Alemania, que es otra cosa que lo que se hace aquí en Roma”.
Más tarde, afirmó que “si la teología, el magisterio o la tradición, y los signos de los tiempos persisten en contradicción” y son “inconciliables, no convencerán a ninguno y no podrán ni siquiera dar una orientación a los católicos”.
El Obispo aseguró que siempre sitúan “a Jesucristo en el centro de nuestra fe y de la búsqueda común sin detenernos en costumbres y tradicionalismos que no tienen ninguna prioridad en la jerarquía de la verdad”.
Sin embargo, reconoció que en Alemania sólo el 30% de los habitantes son católicos. Los protestantes, por su parte, corresponden a otro 30% y el 40% se consideran ateos.
Al ser preguntado sobre a qué se refiere con “tradición”, el Obispo explicó que se trata, “en primer lugar, de la tradición apostólica”. “En segundo lugar, todas las tradiciones que tenemos en la Iglesia son diferentes, como cristianos y católicos”.
“Somos católicos y tenemos nuestra tradición. Por ejemplo, en la liturgia tenemos una tradición, pero es una tradición particular. Hay formas de caridad hacia las personas, también está el aspecto de los consejos en las diferentes iglesias en Alemania”, indicó.
Apertura al diaconado de mujeres
Durante la conferencia, también se le preguntó si considera que en el Sínodo de la Sinodalidad está avanzando el tema del diaconado femenino.
El Obispo alemán señaló que “estas grandes preguntas del camino sinodal, sobre de qué manera se pueden integrar más a las mujeres en la vida de la Iglesia” se dan “porque estamos en este mundo, y no olviden que somos un país con un 30% de protestantes, sobre los que la mitad de los pastores son las mujeres, y no hombres”.
Aseguró que durante las reuniones en las que participa “han señalado que quizá es momento de que la mujer sea una ‘diácona’ permanente. No lo sé, lo importante para mí es que es una vocación y no sólo un llamado ‘derecho’ porque ahora las mujeres deben entrar en el ámbito del ministerio sacramental de la Iglesia”.
“Viendo esto, se deben hacer preguntas sobre la calidad de esta vocación para quizá entrar en este ámbito. Pero esto no lo sé”. Indicó que en Alemania esto “no ha tenido tampoco un resultado”, aunque en su país “hay mujeres que preguntan por qué no pueden ser sacerdotes. Y también hay muchos hombres que hacen la misma pregunta”.
Sobre el sacerdocio de hombres casados
Asimismo, el Obispo de Essen fue preguntado si durante estas 3 semanas desde que en el Vaticano empezó el Sínodo, se ha dibujado un camino “que pueda llevar a modificar el ministerio del orden (sacerdotal) y abrirlo a los hombres casados en la dirección que emerge del Camino Sinodal alemán”.
Reconoció que en Alemania viven en una situación “muy severa” y lamentó que no tengan más seminaristas. Subrayó que es Obispo de Essen desde hace 14 años y que durante este tiempo “han fallecido casi 300 sacerdotes y he ordenado 15”.
“Esta es nuestra realidad. Esta es también una pregunta espiritual, también teológica y también una pregunta de cómo no solo salvar la vida sacramental de la Iglesia, sino cómo vivirla. Y cómo vivir esto significa también tener presente algún sacerdote, y se necesita también diáconos y otros representantes de la vida eclesial y espiritual”, reiteró.
Afirmó por ello se tiene “en mente alguna idea de cómo podemos hacer y dar un paso adelante, porque soy de la opinión que realmente estamos frente a cuestiones de una nueva etapa del tercer milenio. Las respuestas son muy claras para mí, son otras que en el segundo milenio”.
“Estamos con todas las Iglesias orientales y ortodoxas aquí en el Sínodo, y se ve que también el sacerdocio de los sacerdotes casados es normal (...), quizá alguna vez debemos dar otra respuesta”. En este sentido, reiteró que la escasez de vocaciones y seminaristas en su país es una “estela muy dura”.