José Manuel De Urquidi, el joven laico mexicano que participa en el Sínodo de la Sinodalidad que se lleva a cabo en el Vaticano, explicó lo que considera pueden esperar los católicos de este evento eclesial: sanación y unidad.
En una entrevista concedida a ACI Prensa, el fundador de Juan Diego Network, una iniciativa que sirve a los latinos con proyectos de evangelización, compartió su experiencia sobre escuchar diferentes puntos de vista de personas de todo el orbe.
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El laico, casado y padre de tres hijos, entre ellos una niña que cumple nueve años este fin de semana, señaló que el haber compartido con personas que piensan diferente ayuda a expandir la visión sobre la Iglesia y a conocer otras realidades.
De Urquidi indicó que buscar la unidad “no significa uniformidad”. Sin embargo, consideró que la experiencia del Sínodo “está ayudando mucho para unir a personas que pueden ser de espectros ideológicos, políticos o doctrinales opuestos”. “He visto a gente con opiniones distintas tomarse un café, conversar y reírse, y no es un show. Todo este tiempo juntos ayuda”, afirmó.
El fundador de Juan Diego Network resaltó asimismo que Jesús llama a los cristianos a entender que alguien que piensa distinto no es un enemigo, y que pueden sentarse “con otros católicos que están buscando crecer en la misión de la Iglesia. Eso sana hacia adentro”.
Los participantes en el Sínodo asistieron a una vigilia ecuménica de oración el 30 de septiembre en el Vaticano y luego a un retiro durante los primeros días de octubre, antes del inicio de la primera sesión del evento eclesial que se lleva a cabo del 4 al 29 de este mes.
El mexicano manifestó que si la experiencia del Sínodo es llevada desde noviembre a cada diócesis, “puede haber un proceso de mucha sanación dentro de la Iglesia”.
“Y segundo, aún en nuestras diferencias, debemos unirnos en nuestra misión. Parece que estamos divididos, pero no, la misión está clara. Nos sanamos adentro, tenemos que trabajar juntos”, resaltó.
“Podemos esperar entonces sanación hacia adentro y unidad en medio de la diferencia o diversidad de opinión. Todos juntos en la misión”, agregó.
¿Cómo discernir si algo viene del Espíritu Santo?
Los organizadores del Sínodo y el Papa Francisco han explicado que el método a seguir en esta sesión es la “conversación espiritual”, en la que debe haber una escucha atenta al Espíritu Santo para que sea Él el protagonista.
En la etapa de los círculos menores, esto incluye cuatro minutos de silencio cada dos o tres intervenciones, y un minuto entre cada intervención, una metodología nueva en la historia de los Sínodos.
Al ser preguntado sobre este tema, el laico mexicano indicó a ACI Prensa que hay un discernimiento comunitario y otro individual. Señaló asimismo que si bien pueden haber intervenciones con las que no está de acuerdo o que no logra entender, los minutos de silencio y oración le permiten ver “si esto va en línea con la doctrina, la Tradición, si es acorde a las Sagradas Escrituras”.
La misión de la Iglesia
Al preguntársele sobre lo que pueden hacer los fieles para ayudar a los obispos, De Urquidi ha recordado que a partir del Concilio Vaticano II se ha destacado que los laicos también forman parte de la Iglesia a partir del Bautismo.
“Debemos tener conciencia de lo que significa el Bautismo: La Iglesia es nuestra y tenemos algo que hacer a partir de eso”. Sin embargo, advirtió que ello “también se puede prestar a que alguna gente lo use” y lo interprete en una variedad de sentidos diversos.
El laico mexicano subrayó que “la misión que Jesús les encomendó a sus apóstoles de llevar el Evangelio a todos los confines de la tierra” es para cada bautizado, quien debe responder a ella según su realidad buscando ser “sal y luz de la tierra”.
Para concluir, De Urquidi señaló que “cada vez menos personas conocen a Cristo. Y nuestra misión es llevarlo a los corazones para acercarlos a Él y a su Iglesia”.
El Sínodo de la Sinodalidad fue convocado en el mes de octubre de 2021 bajo el lema Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión. A la sesión que se desarrolla este mes de octubre en Roma han sido convocadas 365 personas, entre ellos obispos, religiosos, sacerdotes, diáconos y laicos. Por primera vez, quienes no son obispos —entre ellos 54 mujeres— tendrán derecho a voto. Este evento tendrá una segunda sesión en octubre de 2024.