El Papa Franciso ha reiterado este domingo una vez más su preocupación por la crisis desatada en la región de Nagorno-Karabaj, situada en territorio de Azerbaiyán y poblada de manera principal por cristianos de origen armenio.
Tras el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro, el Pontífice ha señalado: “Mi preocupación por la crisis de Nagorno-Karabaj no disminuye, así como por la situación humanitaria de los evacuados, que es grave”.
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El Papa ha realizado un “llamamiento particular a favor de la protección de los monasterios y de los lugares de culto de la región” para que sean “respetados y tutelados como parte de la cultura local, expresión de fe y señal de una fraternidad que nos hace capaces de vivir juntos en la diferencia”.
El conflicto en la zona se remonta a años atrás, pero se ha recrudecido desde el pasado 19 de septiembre, cuando el Gobierno de Azerbaiyán desplegó una ofensiva militar tras nueve meses de bloqueo de los suministros externos, medicinas y alimentos.
Más de 100.000 personas se han desplazado en los últimos días hasta la frontera Armenia en busca de refugio. El pasado 16 de septiembre la explosión de un depósito de combustible segó la vida de 68 refugiados e hirió a ciento de ellos.
Durante el rezo del Ángelus del pasado 1 de octubre, el Papa Francisco ya alzó su voz para llamar “al diálogo entre Azerbaiyán y Armenia, esperando que las conversaciones entre las partes, con el apoyo de la comunidad internacional, favorezcan un acuerdo duradero que ponga fin a la crisis humanitaria”.
En 2020, un bombardeo destruyó la catedral armenia de Ghazanchetsots (San Salvador) en la ciudad de Shushi en Nagorno-Karabaj.