Mons. José Miguel Gómez Rodríguez, Arzobispo de Manizales (Colombia), compartió su experiencia en el Sínodo de la Sinodalidad que se realiza este mes de octubre en el Vaticano, comentó lo que este organismo puede darle al final a la Iglesia Católica y resaltó que éste “no puede suprimir páginas de la Biblia”.
El Sínodo de la Sinodalidad fue convocado en el mes de octubre de 2021 bajo el lema Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión. A la sesión que se desarrolla este mes de octubre en Roma han sido convocadas 365 personas, entre ellos obispos, religiosos, sacerdotes, diáconos y laicos. Por primera vez, quienes no son obispos —entre ellos 54 mujeres— tendrán derecho a voto.
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En una entrevista concedida a ACI Prensa, el Arzobispo de Manizales respondió a la pregunta sobre si el Sínodo podría aprobar la bendición de parejas homosexuales y la ordenación de mujeres: “No, pero esa respuesta la conoce la Iglesia ya”.
“Antes del Sínodo, unos días antes, publicaron las respuestas del Papa a unas preguntas o dudas que habían interpuesto unos cardenales y allí están también estas cuestiones, de tal manera que lo que el Papa quiere es que manejemos, con mucho respeto y mucha delicadeza, las cuestiones que las personas tienen en el corazón y que las respondamos con tanta altura que nadie resulte ofendido, que todos tengan claro en la mente el porqué de las cosas”, explicó Mons. Gómez.
El Prelado colombiano resaltó luego que “el Sínodo no puede suprimir páginas de la Biblia, el Sínodo no tiene esa clase de autoridad, ni el Papa remotamente quiere eso”.
“Hay una mala prensa contra el Santo Padre que no es justa y que tiene por objeto eso mismo que tratan de hacer en el mundo, que es la lucha de clases. Quieren dividirnos a los católicos con el Papa y al Papa de los católicos”, alertó.
La belleza de la Iglesia
Sobre los temas tratados en el Sínodo, el Arzobispo precisó que muchos de estos “tienen su origen en el deseo de que la Iglesia se despierte un poco más, que los católicos no sólo descubran la belleza del Evangelio, sino la belleza de participar en la Iglesia”.
Por eso, continuó, “los tres grandes bloques de interrogantes se llaman comunión, participación y misión, pero también hay otros interrogantes que, por honestidad, me parece que quiere el Papa nos pongamos ante los ojos y son esos que a veces vienen de ciertos grupos, grupos que a veces lanzan sobre sí mismos la luz que no quisieran tener, pero que ellos mismos se encargan de proyectar sobre sí, para reivindicarse por unas cosas o por otras”.
“Esos temas, por supuesto que el Sínodo los está enfrentando con altura, con mucha dignidad y mucha caridad”, subrayó.
La universalidad
Respecto a su experiencia personal en el Sínodo, el Prelado comentó a ACI Prensa que lo primero que ha experimentado es “la admiración por lo que se ve siempre en los Sínodos. Este es, gracias a Dios, el segundo al que puedo asistir. El primero fue el de la Palabra de Dios. Recuerdo que también en esa ocasión lo que más me sorprendió fue ver la universalidad de la Iglesia, ver a los obispos de todo el mundo”.
Un segundo aspecto que llama su atención, indicó, es que “el Espíritu Santo realmente está trabajando. Hay increíblemente coincidencias en algunas cosas en las que no nos habríamos podido poner de acuerdo desde nuestros países de origen, considerando que muchos ni siquiera nos conocíamos. Y tenemos coincidencias muy grandes en cuestión de acentos, de insistencias, sugerencias. Han salido cosas muy interesantes”.
¿Qué puede esperar la Iglesia del Sínodo de la Sinodalidad?
Mons. Gómez Rodríguez resaltó al respecto: “Lo que creo podemos esperar del Sínodo es que nos ponga a todos a trabajar en la misma tarea”.
“Llevamos muchos años viendo una masa enorme de católicos a la que no parece interesarle la vida misma de la Iglesia, mucho tiempo pensando que la Iglesia la tienen que hacer los sacerdotes y que hay que reclamarles por eso”, continuó el Arzobispo.
El Prelado colombiano remarcó finalmente que ha llegado “el momento en el que todos nos tenemos que preguntar ‘¿Y a mí qué me toca?’, y creo que eso es la sinodalidad”.
Mons. José Miguel Gómez Rodríguez nació el 24 de abril de 1961. Tiene 62 años. Fue ordenado sacerdote el 2 de febrero de 1987.
Ha sido director del Departamento de Catequesis y Pastoral Bíblica del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano y profesor de Sagrada Escritura en el Seminario Mayor de San José en Bogotá.
En noviembre de 2004 fue nombrado Obispo de Líbano-Honda, recibiendo la consagración episcopal el 5 de febrero de 2005. En febrero de 2015 fue designado Obispo de Facatativá, hasta que en abril de 2021 fue nombrado Arzobispo de Manizales, su actual cargo.