La Iglesia Católica presentó este 10 de octubre la Agenda Nacional de Paz, un documento que recoge propuestas y compromisos para hacer de México un país “más seguro y en paz”.
A través de un comunicado, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), de la mano de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús (Jesuitas) y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México (CIRM), destacó que este proyecto surgió “de la certeza de que la indiferencia, el miedo y la violencia no constituyen nuestro destino, sino una etapa sombría en nuestra historia que podremos superar mediante la colaboración”.
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“Esta Agenda”, indican los firmantes, “tiene como objetivo abrir horizontes de justicia y paz en este momento crítico de la historia de México, en el que enfrentamos una crisis de violencia sin precedentes, cuya magnitud y profundidad nos instan a tomar medidas colectivas, dejando de lado intereses o proyectos individuales”.
En este sentido, se proponen acciones que se sustentan en cuatro temas centrales: tejido social, seguridad, justicia y cárceles.
Con esto, la Iglesia busca “un cambio esencial en la conciencia colectiva” en el país, haciendo que los mexicanos puedan “abrazar una cultura del cuidado que reafirme el valor de la vida, la dignidad humana, la fraternidad y la casa común”.
Esta agenda, así como la creación de una Red Nacional de Paz, nace en el contexto del Diálogo Nacional por la Paz realizado del 21 al 23 de septiembre en el estado mexicano de Puebla.
7 acciones claves por la paz
La Iglesia hizo además un llamado a la colaboración con distintos actores de la sociedad civil, incluyendo a las diversas autoridades del gobierno, así como a candidatos políticos, universidades y organizaciones, invitándolos a unirse en la implementación de siete acciones claves para la paz en México:
Sistematizar, fortalecer y compartir las buenas prácticas que han demostrado ser eficaces en áreas críticas como seguridad, justicia y desarrollo social.
Establecer “mesas técnicas” dedicadas a influir en políticas públicas que aborden aspectos fundamentales como el tejido social, la seguridad, la justicia y el sistema penitenciario.
Impulsar la Agenda Nacional de Paz en colaboración con actores políticos a nivel nacional, estatal y local, incluyendo aquellos que compiten por cargos públicos.
Incorporar a las universidades, tanto públicas como privadas, en la revisión de programas sociales y planes de desarrollo, alentando la formación de capacidades locales y generando propuestas para reducir la violencia y promover la paz.
Atender los factores de riesgo que afectan a los adolescentes desde las escuelas secundarias y sus entornos familiares y comunitarios.
Promover nuevas formas de gobernanza con una participación ciudadana amplia, asegurando que nuestras autoridades estén profundamente comprometidas con la paz en sus territorios.
Exigir la coordinación efectiva de las fuerzas de seguridad y la implementación de estrategias coherentes en todo el país para vivir en paz.