El primer beato uruguayo, Mons. Jacinto Vera, se hizo presente este lunes 9 de octubre en la 45a edición de la Feria Internacional del Libro, a través de una biografía escrita por la Dra. Laura Álvarez Goyoaga.
La presentación del libro tuvo lugar en la Sala Azul de la Intendencia de Montevideo, donde la autora estuvo acompañada por el P. Marcelo Marciano y el periodista Daniel Bianchi.
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La biografía del primer Obispo de Uruguay se titula Don Jacinto Vera: El misionero santo, y para la escritora “es otro de los grandes regalos” que le “ha hecho Jacinto”.
En conversación con ICMtv, Álvarez Goyoaga aseguró que presentar el libro a sala llena “era un desafío tremendo”, y haberlo logrado “fue otra de las gracias inmerecidas” que ha “recibido por parte suya”.
Al referirse al beato, destacó que “es impactante cómo ha dejado su marca”, no sólo en la construcción de las parroquias que se edificaron en su época, sino también en el “edificio espiritual” que construyó en la sociedad uruguaya.
En esa línea, sostuvo: “Nos deja no sólo un ejemplo de esperanza en el contexto religioso, sino también en el sentido más práctico. El libro y el contacto con Jacinto me devolvió la esperanza y espero que todos reciban ese mensaje”, anheló.
La autora consideró que la biografía fue “un broche de oro”, el cierre de un proceso y un paso más de su camino junto a Jacinto, camino que incluyó “la dicha inmerecida” de vivir su beatificación.
Finalmente, llamó a tener presente el ejemplo de Mons. Vera: “No podemos llegar a entender cabal y completamente quiénes somos como nación, como pueblo y como sociedad, si perdemos de vista o si nos roban el ejemplo y la historia de quien fuera uno de los grandes forjadores de nuestra patria. Es un bache enorme no conocer a Jacinto”.
El P. Marcelo Marciano agregó: “Estamos en una época de nuestra vida en la que necesitamos, sí o sí, buenos modelos que nos inspiren y que nos lleven a lugares en los que realmente nos cambien el corazón. Tenemos como modelos a los artistas, a los jugadores de fútbol, a los que ganan plata, pero la realidad es que precisamos llenar el corazón”.
“Jacinto encontró la felicidad porque imitó a Jesús. Por lo tanto, quiero imitar a Jacinto para poder imitar a Jesús y encontrar también esa alegría”, concluyó.
Una posible película
Álvarez Goyoaga anticipó que se encuentran trabajando para confirmar una producción cinematográfica sobre la vida del beato: “Estamos en una etapa de preproducción. Queremos hacer una película que sea hermosa, con un nivel técnico capaz de competir en festivales y que pueda ser exhibida en cualquier sala”.
“El equipo va a ser conformado por especialistas de Estados Unidos, pero queremos que los actores sean locales, por más de que analizamos la posibilidad de que pueda venir alguna estrella invitada. La idea es que prácticamente todos los actores sean uruguayos, además de todas las locaciones”, añadió.
“El reto es grande, pero Jacinto siempre vivió confiado en la Providencia, así que en eso estamos. Confiamos en la Providencia y creemos que esta película se va a concretar”, concluyó. La idea es que el rodaje se realice en 2024.
El Beato Jacinto Vera
Jacinto Vera nació el 3 de julio de 1813 a bordo del barco en el que su familia emigraba desde las Islas Canarias (España) a Uruguay.
En su juventud se dedicó a las tareas rurales, y a sus 19 años recibió el llamado al sacerdocio. Cursó su formación en Buenos Aires (Argentina) y fue ordenado sacerdote el 5 de junio de 1841.
El 16 de julio de 1865 recibió la consagración episcopal en la Iglesia Matriz de la capital uruguaya. En 1870 participó en el Concilio Vaticano I, y el 15 de julio de 1878 asumió como primer Obispo de Montevideo, cuando la diócesis abarcaba todo el territorio uruguayo.
Su vida se caracterizó por la austeridad y la entrega a los pobres y enfermos. Fiel a su sacerdocio, fue intermediario en la paz y reconciliación entre los fieles. Con gran fervor misionero, llevó el anuncio del Evangelio a todos los rincones de su patria.
Falleció el 6 de mayo de 1881 en la ciudad uruguaya de Pan de Azúcar, durante una misión.
La curación de una niña de 14 años, atribuida a su intercesión, fue el milagro que lo llevó a los altares. Su beatificación se celebró en Montevideo el 6 de mayo de 2023.