El Obispado de Málaga (España) niega que, como han informado diversos medios, uno de sus sacerdotes haya sido detenido acusado de incumplir una orden judicial de alejamiento respecto de una mujer.
Una nota de la Agencia Efe, replicada por numerosos medios como El Confidencial o 20minutos, afirmó en la tarde de este miércoles que el P. Roberto Bocanegra, párroco de Canillas de Aceituno, Sedella y Salares, había sido detenido por la Guardia Civil “por acosar a la mujer con la que convivía”.
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Según la misma agencia, el abogado del sacerdote de origen venezolano “ha negado ‘en redondo’ los hechos que denuncia la mujer”. El letrado ha puntualizado, además, que “convivieron un tiempo en la casa parroquial junto a otros compatriotas, aunque no fueron pareja”.
Ante estas publicaciones, el Obispado de Málaga emitió un comunicado al sentirse “en la obligación de aclarar” algunos detalles, como que “el sacerdote no está detenido; la Policía le tomó declaración en su día y regresó después a su casa”.
Además, añade que hubo acusaciones cruzadas de acoso entre el presbítero y la mujer y que “sólo le impusieron a él la orden de alejamiento”.
El Obispado de Málaga aporta además que, “según su abogado, en calidad de defensa particular, el sacerdote no ha quebrantado ninguna orden de alejamiento”.
La Diócesis informa también de que estaba al corriente de “las desavenencias entre ambas personas”, pero que no intervino al considerar que se trataba “de cuestiones personales entre dos mayores de edad”. Al mismo tiempo, reconoce que desconocía que está en vigor una orden de alejamiento.
Al encontrarse los hechos “en fase de investigación”, la Diócesis pastoreada por Mons. Jesús Catalá entiende que “hay que esperar a que finalice la instrucción de este procedimiento para hacer una justa valoración”.
Según afirma el Obispado, el sacerdote “se encuentra de retiro unos días fuera de su pueblo”.
La noticia referida al P. Bocanegra llega al poco de conocerse que otro sacerdote de la Diócesis fue detenido bajo la acusación de haber sedado y forzado sexualmente a varias mujeres, a las que además habría grabado mientras realizaba estas prácticas.
En una carta publicada el pasado fin de semana relativa a este asunto, Mons. Catalá pidió perdón “por el propio pecado y el de nuestros hermanos”, y por lo que “no hayamos hecho bien como comunidad cristiana, por ignorancia o por falta de vigilancia”.