El Cardenal chino Joseph Zen ze-kiun, uno de los firmantes de los dubia sobre el Sínodo de la Sinodalidad que se inicia hoy en el Vaticano, expresa en una carta a los obispos sus preocupaciones al respecto.
El Sínodo de la Sinodalidad fue convocado en el mes de octubre de 2021 bajo el lema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. A la sesión que se desarrollará este mes de octubre en Roma están convocadas 365 personas, entre ellos obispos, religiosos, sacerdotes, diáconos y laicos. Por primera vez, quienes no son obispos —entre ellos 54 mujeres— tendrán derecho a voto.
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En la carta, enviada el 21 de septiembre, el Obispo Emérito de Hong Kong asegura que el texto "La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia", resultado del trabajo de la Comisión Teológica Internacional en los años 2014-2017, prácticamente no se ha usado para la preparación de este Sínodo.
El cardenal también teme un "aplanamiento" del modelo del "camino sinodal" de la Iglesia Católica en Alemania, que aunque no ha recibido la aprobación del Santo Padre, tampoco ha sido detenido. Sobre este aspecto, el purpurado chino alerta que en el proceso alemán se “propone un cambio revolucionario en la constitución de la Iglesia y en la enseñanza moral sobre sexualidad”, sobre lo cual un centenar de cardenales y obispos han escrito a los prelados alemanes, pero estos “no han reconocido su error”.
Respecto al evento que comienza hoy, el purpurado afirma: “La Secretaría General del Sínodo es muy eficaz en el arte de la manipulación". Una acusación grave centrada en el método del Sínodo de la Sinodalidad.
"Empiezan diciendo –se lee en la carta– que debemos escuchar a todos. Y poco a poco nos hacen comprender que entre estos ‘todos’ están especialmente aquellos a quienes hemos ‘excluido’. Finalmente, entendemos que se refieren a personas que optan por una moral sexual diferente a la de la tradición católica".
“Hablan de 'conversación en el Espíritu' como si fuera una fórmula mágica. E invitan a todos a esperar 'sorpresas' del Espíritu (evidentemente ya están informados sobre las sorpresas que pueden esperar). ‘¡Conversación, no discusión! ¡Las discusiones crean divisiones!’. ¿Significa esto que el consenso y la unanimidad se producen milagrosamente? Me parece que en el Vaticano II, antes de llegar a una conclusión casi unánime, se dedicó mucho tiempo a animadas discusiones. Fue allí donde el Espíritu Santo obró. Evitar discusiones significa evitar la verdad”, prosigue el cardenal.
Para Zen, también es un error empezar los trabajos del Sínodo con los llamados "círculos menores", porque primero es necesario el debate en la Asamblea, ya que sólo "de esta manera surgen los problemas más controvertidos, problemas que requieren una discusión adecuada".
El cardenal pide luego que se proceda como en el pasado, "no porque 'siempre ha sido así', sino porque es lo razonable" y porque "evitar la votación significa también evitar la verdad".
El purpurado también se manifiesta en contra del derecho a voto de los laicos. “Si yo fuera uno de los miembros del Sínodo –escribe–, expresaría una fuerte protesta, porque esta decisión cambia radicalmente la naturaleza del Sínodo, que el Papa Pablo VI había concebido como un instrumento de colegialidad episcopal, incluso si, en el espíritu de la sinodalidad, se admitieron observadores laicos con posibilidad de intervenir".
En ese sentido, el Cardenal Zen propone que los votos de los laicos se cuenten por separado, porque si bien puede parecer algo respetuoso al sensus fidelium, “¿estamos seguros de que estos laicos invitados son fideles (fieles)? ¿De que estos laicos al menos aún van a la iglesia? De hecho, estos laicos no han sido elegidos por el pueblo cristiano".
La decisión de hacer una segunda sesión en 2024 también es cuestionable para el cardenal: "Mi maliciosa sospecha es que los organizadores, no seguros de poder alcanzar sus objetivos durante esta sesión, optan por más tiempo para maniobrar", señala.
Tras resaltar que tenía la intención de mantener la carta de manera confidencial, el Cardenal Zen señala que por ser anciano, no tiene “nada que ganar ni nada que perder y estaré feliz de haber hecho lo que creo que se debe hacer”.
El Obispo Emérito de Hong Kong recuerda que algunas objeciones similares se presentaron hace algunos años en el Sínodo de la Familia en 2015, “pero si presentas respetuosamente una petición apoyada por numerosos firmantes, tal vez sea aceptada. En cualquier caso habrás cumplido con tu deber. Aceptar un procedimiento irrazonable significa condenar el Sínodo al fracaso".
Para concluir, el purpurado chino pide “disculpas por el retraso en enviarles esta carta. Quizás ya sea demasiado tarde para presentar las solicitudes a los organizadores antes del inicio del Sínodo. Les deseo una participación fructífera y, si es necesario, valiente en este Sínodo que, en cualquier caso, no tendrá precedentes".
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en ACI Stampa.