De Nuestra Señora del Rosario a la Virgen de Fátima, pasando por Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, Nuestra Señora de Lourdes, Reina de la Paz, Madre de la Misericordia, Madre de Cristo, Reina de los Ángeles o Reina de Todos los Santos… Título tras título honra a nuestra Santísima Madre, desde letanías hasta invocaciones basadas en sus numerosas apariciones a lo largo de los siglos.
Invocar a la Virgen María en sus diferentes advocaciones puede ayudar a los católicos a fortalecer su devoción mariana al comenzar octubre, el Mes del Rosario.
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Aquí podemos encontrar un breve elenco de las devociones favoritas de algunos católicos y sus razones.
Nuestra Señora de Fátima
Ralph Martin, presidente de Renewal Ministries y conductor de la serie de EWTN “Las elecciones que enfrentamos”, ha señalado al National Catholic Register que su advocación favorita es la de Nuestra Señora de Fátima, ya que su mensaje “es muy relevante para las circunstancias actuales de la Iglesia y el mundo”.
“El mundo corre un peligro aún mayor que entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Su súplica de arrepentimiento y de volver a Dios es incluso más relevante hoy. Su solicitud de que recemos el Rosario todos los días por la paz mundial sigue siendo urgente”, explica el autor y profesor de Teología.
Y agrega: “Sus conmovedoras palabras de que mucha gente irá al infierno porque muy pocas personas rezan y ofrecen sacrificios por ellos deben difundirse más. El ejemplo de los tres niños de Fátima al responder de todo corazón a la solicitud de María de ofrecer oraciones y sacrificios en reparación por el pecado y la conversión de los pecadores debe ser más ampliamente conocido”.
Santa María se identificó en Fátima el 13 de octubre de 1917 como Nuestra Señora del Rosario.
Nuestra Señora de La Leche
El P. Edward Looney, vicepresidente de la Sociedad Mariológica de Estados Unidos, comparte que realmente ama la historia de Nuestra Señora de La Leche.
La imagen de esta advocación, señala, es una representación de “Jesús siendo amamantado... del Niño Jesús recibiendo su alimento”. Explicó asimismo que María también es conocida en esta devoción con el título de Nuestra Señora del Buen Parto.
El P. Looney, sacerdote de la Diócesis de Green Bay, Wisconsin, recurre a esta devoción al “orar por la fertilidad de las parejas que luchan por concebir”. “Sé de muchas parejas que están pasando por dificultades, y asumí como apostolado personal la oración a Nuestra Señora de La Leche”.
Además, el P. Looney cree que esta advocación mariana “realmente enfatiza la Encarnación” y la humanidad de Cristo: “Jesús sufrió de todas las formas. Él experimentó todo. Incluso fue amamantado”.
Nuestra Señora de la Consolación y Nuestra Señora de los Dolores
Cuando se trata de títulos en honor de María, la conferencista y autora católica Jeannie Ewing, junto a su esposo Ben, tiene dos favoritos. Uno de ellos es Nuestra Señora de la Consolación, “porque apela a su misericordia, que en última instancia apela a la misericordia de su Hijo, Jesús”, explica.
“Vivimos en una era en la que se necesita la misericordia gratuita de Dios, no porque alguno de nosotros la merezca, sino porque hay muchas heridas y quebrantamientos dentro de nosotros. El corazón maternal de María es un puente perfecto hacia Dios”, sostiene.
Ewing y su esposo también apelan a la intercesión de María en su advocación de Nuestra Señora de los Dolores. “Bajo este título se dice que podemos pedirle que revele lo que está oculto en nuestros corazones, basados en la profecía de Simeón que se atribuye directamente a los Siete Dolores de María”, indica.
Y agrega: “Para experimentar la sanación, necesitamos aumentar nuestro autoconocimiento a fin de poder confesar de manera más humilde y honesta nuestros defectos en el sacramento de la Confesión”.
Nuestra Señora de la Paz
Emily Jaminet, autora católica, conferencista, esposa, madre de siete hijos y directora ejecutiva del apostolado The Sacred Heart Enthronement Network (La Red de Entronización del Sagrado Corazón), afirma que su advocación favorita es “Nuestra Señora, Reina de la Paz, porque nos brinda esperanza de paz en nuestro hogar, en nuestros corazones y en el mundo”.
“Ella desea acercarnos a su Hijo y, como resultado, brinda paz a nuestra vida. No sólo detiene las guerras, sino que facilita la paz interior distribuyendo las gracias de Jesús, especialmente a través del Santo Rosario”, explica.
Jaminet reflexiona sobre la devoción mariana con sus hijos mientras se reúnen para la oración vespertina. También visitan santuarios marianos locales, comenzando por su propia comunidad.
“Este mes sagrado es una oportunidad para obtener gracias espirituales y establecer 'hábitos santos'”, asegura.
También destaca “que cada título de María nos otorga gracias específicas”. “Dios nos permite recibir una parte de su Corazón cuando nos consagramos a Ella bajo cualquier título”, concluye.
Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en National Catholic Register.