En el marco de la investigación sobre los casos de pederastia cometidos por sacerdotes jesuitas en Bolivia, la comisión de fiscales a cargo solicitó informes al Vaticano.
Así lo aseguró el fiscal departamental de Chuquisaca, Mauricio Nava Morales, ante medios locales, y detalló que la información de que están solicitando son los reportes que los provinciales de la Compañía de Jesús solían enviar al Vaticano sobre “anomalías” que ocurrían en sus jurisdicciones.
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“El Vaticano tiene toda la información de los provinciales, quienes, en todo caso, eran los que fiscalizaban en cada ciudad”, explicó el fiscal.
La investigación comenzó a raíz de una denuncia presentada por el exjesuita Pedro Lima ante la Fiscalía Departamental de Chuquisaca, contra el ya fallecido sacerdote Antonio Gausset, por supuesto abuso sexual, y el P. Ramón Alaix, por presunto encubrimiento. Otra de sus denuncias, sobre hechos ocurridos en la ciudad de El Alto, fue desestimada por pertenecer a otra jurisdicción.
“Es importante que el Vaticano pueda informar también respecto a las denuncias que conocían los provinciales en Bolivia”, indicó Nava Morales, y señaló que cuando existía una anomalía a nivel nacional, las autoridades “informaban al Vaticano”.
En la misma línea, informó que se ha realizado un pedido de información al vecino país de Paraguay.
Por otra parte, el fiscal departamental dio a conocer que durante allanamientos realizados en dependencias de la Iglesia Católica en La Paz, una comisión de fiscales recolectó “documentación importante”.
El paso siguiente es aguardar que el juez fije una fecha de audiencia para la apertura de los sobres.
Pedro Lima, quien fue jesuita entre los años 1992 y 2001, se presentó ante el Ministerio Público en calidad de víctima, para denunciar a los mencionados jesuitas.
Lima aseguró no sólo haber sido testigo de abusos, sino haber sufrido él mismo abusos sexuales y de poder por parte de miembros de la Compañía de Jesús. Ante los medios, el exjesuita denunció que en 2001 fue expulsado por el P. Alaix de la Orden, después de supuestamente denunciar internamente los abusos que habrían sido cometidos por Alfonso Pedrajas y otros sacerdotes de la Compañía.