El Papa Francisco expresó su tristeza y elevó sus oraciones por los 35 fallecidos, entre ellos dos niños, tras un incendio en un depósito clandestino de combustible en Benín, en África occidental.
En un telegrama firmado por el Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin, dirigido a Mons. Aristide Gonsallo, Obispo de Porto-Novo, se indica: “Su Santidad el Papa Francisco se ha entristecido al conocer la noticia del trágico incendio ocurrido en Sèmè Kraké el 23 de septiembre y la pérdida de vidas que ha causado”.
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En ese sentido, señala, el Santo Padre “se une al duelo de las familias, expresando su cercanía y su pena. Reza por el descanso de los difuntos, confiándolos a la misericordia de Dios, y por la curación de los heridos”.
El Papa “también expresa su apoyo a quienes acompañan a las víctimas de esta tragedia. Pidiendo a la Virgen María que brinde fuerza y consuelo a todos los afectados por esta tragedia, el Santo Padre invoca las bendiciones divinas sobre cada uno y sobre toda la nación como signo de consuelo”.
La explosión ocurrida el sábado destruyó el depósito, situado no lejos de la iglesia católica local, y arrasó con varios vehículos estacionados en los alrededores. Según informa la agencia vaticana Fides, los bomberos tardaron unas 10 horas en apagar las llamas.
En Benín hay miles de depósitos que venden la gasolina que llega de contrabando de la vecina Nigeria. Desde hace varios meses, el gobierno del primero busca regularizar esta situación, para que quienes administran estos lugares se convierta en vendedores en regla.