Durante el próximo mes de octubre, el mundo tendrá sus ojos puestos en Roma. Obispos de los diferentes países, sacerdotes, laicos y religiosos se reunirán en la Ciudad Eterna para participar en un evento histórico, el Sínodo de la Sinodalidad, que se celebrará bajo el título: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.

Por primera vez en la historia de la Iglesia, los laicos no sólo participarán en el Sínodo, sino que también serán miembros de pleno derecho, con la capacidad de votar sobre un documento final cuando termine el proceso en octubre de 2024. 

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

Esta novedad altera el presupuesto y la inversión requerida para la puesta en marcha de un evento de tal magnitud. Según indicó a ACI Prensa Thierry Bonaventura, responsable de comunicación del Sínodo de los Obispos, “las cosas se han diversificado”.

El coste total del Sínodo es un asunto aún por definir, y el Vaticano no ha comunicado una cifra de gastos oficial, un cálculo sin duda difícil de estimar debido principalmente a la cantidad de personas que viajan a la capital italiana. 

La inversión del Sínodo es en gran parte responsabilidad de la Santa Sede, encargada de financiar el coste del Aula Pablo VI, así como el de las comidas y el alojamiento de los participantes de nombramiento pontificio, es decir, los elegidos por el Papa Francisco. 

En Sínodos anteriores, se confirmó que son las diócesis de cada país las encargadas de financiar a los Obispos que envían a Roma, así como las respectivas asociaciones las responsables de hacer frente a los gastos de sus representantes. Los laicos, por su parte, deben asumir sus propios costes. 

Sin embargo, además de pagar a los seleccionados por el Santo Padre, la Santa Sede también ofrece ayuda financiera a quienes tienen dificultades económicas y no pueden cubrir todo lo que supone vivir durante casi un mes en una de las ciudades más visitadas del mundo. 

Thierry Bonaventura confirmó también a ACI Prensa que “no hay un balance ni respuesta oficial” del gasto total que supone. Remarcó, además, que desde el Vaticano siguen el principio de “subsidiariedad” y aclaró que “quien puede, puede, y si no, les ayudamos”.

Es el caso de Argentina, donde de acuerdo a la Conferencia Episcopal (CEA), los Obispos participantes suelen recibir los billetes de avión desde la Secretaría General del Sínodo.

Fuentes de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) indicaron a ACI Prensa que en ediciones anteriores de la Asamblea sinodal fue la Secretaría del Sínodo la que se encargó de financiar a los Obispos invitados por la Santa Sede, así como el alojamiento de los Prelados, en la Casa de Santa Marta del Vaticano o en otra ubicación.

En el caso de aquellos Obispos seleccionados desde el Episcopado, ha sido la propia CEM la que ha cubierto los gastos y los han alojado en el Colegio Mexicano en Roma.

La Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis Primada de México indicó a ACI Prensa que “cada diócesis e invitado al Sínodo es un caso distinto”, y precisó que en el caso de su Arzobispo, el Cardenal Carlos Aguiar Retes, invitado directamente por el Papa, “el vuelo lo cubrió la Arquidiócesis de México y los gastos de hospedaje se los proporciona la Secretaría del Sínodo, es decir, la Santa Sede”.

Desde la Conferencia Episcopal Peruana informaron a ACI Prensa que generalmente el Vaticano “cubre todo: viaje, estadía, alimentación, etc., porque es un evento propio de la Iglesia Católica con duración de casi un mes”.

Consultada por ACI Prensa, la Conferencia Episcopal Española (CEE) afirmó que la propia CEE “paga el viaje de los tres Obispos españoles designados por la Asamblea plenaria y su estancia en Roma”. Asimismo, se encarga de costear “su estancia en el Colegio Español” de Roma.