Tras algo más de hora y media de vuelo, el Papa Francisco ha llegado al aeropuerto internacional de Marsella a las 16:15 (horario local) de este viernes 22 de septiembre para participar en la tercera edición de los Encuentros del Mediterráneo que se celebra en la ciudad francesa.
Durante el vuelo, en conversación con los corresponsales a bordo, y preguntado por si esta cita será tan relevante como la que realizó a la isla italiana de Lampedusa, el Santo Padre ha contestado: “Eso creo. Espero tener el coraje de expresar todo lo que quiero decir”, según informa Elías Turk, editor de ACI Mena, a bordo del avión papal.
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Mientras el Pontífice descendía de la nave utilizando un ascensor, la primera ministra de Francia, Élisabeth Borne, las unidades militares de honor y el resto de asistentes aguardaban pacientemente su llegada para la ceremonia de recepción.
Cuatro niños ataviados con trajes tradicionales le han ofrecido ramos de flores, figuras religiosas y un álbum con imágenes en señal de bienvenida al Papa, quien les ha dedicado unos momentos de atención al tiempo que les entregaba unos rosarios en recuerdo.
El Santo Padre, que se ha desplazado en silla de ruedas, ha permanecido de pie mientras se interpretaban los acordes del himno vaticano, se rendían honores a la bandera tricolor del país anfitrión y se interpretaba a continuación La Marsellesa, himno nacional francés.
El viento reinante en el aeródromo ha obligado al Pontífice a llevar en la mano durante algún tiempo el solideo, mientras proseguían los saludos protocolares al pie de la aeronave.
Cuando se dirigían al pabellón de ceremonias del aeródromo para mantener una pequeña reunión privada, el Papa ha hecho gala de su caballerosidad al invitar a la primera ministra Borne a pasar por delante de él en una rampa.
La ausencia del Presidente de la República Emmanuel Macron a la llegada del Pontífice se debe a la coincidencia con el viaje de Estado que el Rey Carlos III de Inglaterra realiza al país.
La visita del Santo Padre a Marsella constituye el viaje internacional número 44 de su pontificado, que durará apenas 30 horas, y la segunda ocasión en la que pisa suelo francés, tras su presencia en la ciudad de Estrasburgo para intervenir en el Parlamento Europeo en 2014.
Tras la breve entrevista con la primera ministra Borne, el Papa se ha subido al pequeño utilitario de color blanco que utiliza para sus desplazamientos y, acompañado por una escolta de honor, se ha dirigido hacia la Basílica de Nuestra Señora de la Guardia, donde tendrá un lugar de recogimiento y oración en el que estará presente el clero diocesano.
A continuación, se desplazará hasta el monumento en recuerdo de los héroes y víctimas del mar, situado a unos 200 metros del templo. Cerca de ese lugar, el Santo Padre mantendrá un encuentro con diferentes responsables de la pastoral del mar y de acogida a los inmigrantes.
Tras pasar la noche en el Arzobispado de Marsella, está previsto que el sábado por la mañana se reúna con personas que viven en circunstancias de dificultad económica, antes de trasladarse a la sesión final de los Encuentros del Mediterráneo.
El Papa Francisco tendrá oportunidad entonces de departir durante unos momentos con el presidente Macron, quien también estará presente en la Santa Misa que se celebrará a continuación en el Estadio Velodrome.