Las presuntas víctimas de abuso espiritual y sexual del P. Marko Rupnik expresaron su “desconcierto” por un informe de la Diócesis de Roma sobre el Centro Aletti, una asociación de arte y teología fundada por el exjesuita, señalando que este “ridiculiza el dolor” de los afectados y muestra poco interés por quienes buscan justicia.
En una carta abierta publicada el 19 de septiembre, antiguos miembros de la comunidad religiosa eslovena del P. Rupnik indicaron haberse quedado “sin palabras” por el informe diocesano final sobre la investigación canónica al Centro Aletti, una escuela de arte y teología en Roma donde el acusado vivió y sirvió como director desde 1995 hasta 2020.
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La Diócesis describió el Centro Aletti —donde Rupnik ha sido acusado de participar en actos sexuales con mujeres consagradas— como un lugar donde existe actualmente “una vida comunitaria sana... libre de todo problema crítico particular”, y que la investigación planteaba “dudas” sobre los procedimientos que llevaron a la excomunión del P. Rupnik.
“Este informe... que exime a Rupnik de cualquier responsabilidad, ridiculiza el dolor de las víctimas, pero también el de toda la Iglesia, herida de muerte por semejante arrogancia flagrante”, manifiesta la carta abierta.
La carta fue firmada por Fabrizia Raguso y otras ex hermanas de la Comunidad de Loyola, una institución religiosa eslovena cofundada por el P. Rupnik y la Hna. Ivanka Hosta. La misiva fue publicada en el sitio web Italy Church Too, una plataforma en línea para víctimas de abuso clerical.
Las mujeres señalaron que el reciente encuentro del Papa Francisco con María Campatelli, actual directora del Centro Aletti y estrecha colaboradora de Rupnik, les causó aún más dolor, porque el Pontífice nunca respondió a las cartas de miembros y ex miembros de la Comunidad de Loyola.
“Aquel encuentro concedido por el Papa a Campatelli en un ambiente tan amistoso fue arrojado en la cara de las víctimas (éstas y todas las víctimas de abusos); una reunión que el Papa les negó”, continúa la carta abierta.
“A las víctimas se les deja con un grito mudo por un nuevo abuso”, añade.
El P. Marko Rupnik fue expulsado de la Compañía de Jesús en junio de este año, después de haber sido acusado de haber cometido abusos espirituales, psicológicos y sexuales durante más de tres décadas.
La Diócesis de Roma anunció el 18 de septiembre que una investigación canónica sobre el Centro Aletti realizada por Mons. Giacomo Incitti, profesor de Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma, había concluido y aclarado que la comunidad no tenía problemas graves.
El año pasado, una mujer afirmó en una entrevista con el periódico italiano Domani que el P. Rupnik había abusado de ella anteriormente en su habitación del Centro Aletti de Roma cuando era religiosa.
El comunicado difundido por la Diócesis de Roma indica que la visita “pudo comprobar que los miembros del Centro Aletti, aunque entristecidos por las acusaciones recibidas y la forma en que fueron manejadas, optaron por guardar silencio —a pesar de la vehemencia de los medios de comunicación—, guardar sus corazones y no pretender ninguna irreprochabilidad”.
La investigación también examinó las principales acusaciones contra el P. Rupnik y los procedimientos detrás de su excomunión.
El exjesuita había recibido previamente una excomunión latae sententiae por escuchar en Confesión y luego intentar conceder la absolución a una mujer con la que tuvo relaciones sexuales. La investigación interna de los Jesuitas confirmó la excomunión de Rupnik en enero de 2020, que fue levantada en mayo de 2020 después de que este se arrepintiera del delito canónico.
Según la Diócesis de Roma, la visita identificó “procedimientos gravemente irregulares” que “generaron dudas bien fundadas incluso sobre la propia solicitud de excomunión”.
Ante estas “dudas”, el Cardenal Angelo De Donatis, Vicario de la Diócesis de Roma, presentó el informe a las autoridades de la Iglesia.
El anuncio de la Diócesis de Roma se produjo días después de que el Papa Francisco se reuniera con Campatelli, directora del Centro Aletti, quien publicó una carta en junio defendiendo al sacerdote contra “una campaña mediática basada en acusaciones difamatorias y no probadas”, y afirmando que los jesuitas habían retenido documentos, “lo cual demostraría una verdad diferente a la que se estaba publicando”.
La visita canónica al Centro Aletti tuvo lugar entre el 16 de enero y el 23 de junio e incluyó reuniones comunitarias y entrevistas con miembros del centro.
Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.