En el 213° aniversario patrio de Chile, se celebró el Tedeum en distintos puntos del país, y los obispos centraron sus homilías en un llamado a la paz, la unidad y la reconciliación.
La responsabilidad de crear un Chile de la vida
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En la Catedral de Santiago, la celebración se desarrolló en la mañana de este lunes. Fue presidida por el Arzobispo local, el Cardenal Celestino Aós, y contó con la presencia de autoridades, entre ellas el presidente Gabriel Boric.
En su homilía, el Purpurado preguntó: “¿Queremos de verdad un Chile de la vida, un Chile que sea mesa para todos, donde todos tengan pan, trabajo, respeto, alegría?”.
“El futuro está delante, es la meta lo que nos debemos trazar y buscar. El camino pasa por el amor. Hagamos de Chile un país de la vida, donde cada ser concebido pueda ser gestado y nazca dignamente, que viva dignamente, que muera de muerte natural dignamente, que cada uno pueda nacer, vivir y morir humanamente, con dignidad”, exhortó.
“Tenemos historia de desencuentro, de maltrato, de muerte. La hemos recordado en estos días y nuestro recuerdo quiere ser compromiso de todos, de no recurrir a la violencia que trae destrucción, barbarie, dolor y muerte”, agregó.
“En este día de alegría y acción de gracias, en estas fiestas patrias rezamos por los que sufren. Nadie puede perdonar ni reconciliarse por otro, pero todos tenemos la responsabilidad de crear las condiciones para que se den el reencuentro y la reconciliación. Sembremos vida y tendremos una patria, un Chile de vida”.
Fortalecer la democracia y el valor humano
El Arzobispo de Concepción, Mons. Fernando Chomali, presidió el Tedeum en la Catedral local, acompañado por el Obispo Auxiliar, Mons. Bernardo Álvarez.
La mirada agradecida, aseguró, nos da la posibilidad “incluso en medio de la oscuridad, [de] descubrir que siempre está la luz de Cristo que nos permite iluminar el camino con amor y sabiduría”.
Por eso, animó: “Que nadie nos robe la esperanza, que nadie nos robe los ojos de la fe para descubrir todo lo bello que hay incluso en medio de tantos dolores, que nadie nos robe el sueño de dejarles a las futuras generaciones un país mejor que el que recibimos”.
Finalmente, convocó a “fortalecer la democracia, el valor del ser humano desde que es concebido hasta su muerte natural, la capacidad de reconocer lo valioso que hay en el otro y la hidalguía para buscar lo que es bueno, verdadero, justo y sobre todo lo que privilegie al más necesitado”.
Unidad y caridad para una sociedad justa y fraterna
En la Diócesis de San Juan Bautista de Calama, el solemne Tedeum estuvo presidido por el Obispo, Mons. Tomás Carrasco Cortés, y contó con la presencia de autoridades civiles y militares.
El Prelado destacó en su homilía la importancia de la paz, la unidad y la caridad en la construcción de una sociedad justa y fraterna. La paz, afirmó, “comienza en nuestros corazones y se refleja en nuestras acciones, porque va unida al amor y a la verdad”.
En ese sentido, animó a las autoridades y a todos los presentes a la compasión, a ponerse “en el lugar de tantos hermanos que sufren”; y a la unidad, “principio fundamental en la enseñanza cristiana”, y que consiste en “respetar las diferencias mientras se trabaja juntos por un bien superior”.
El camino hacia la reconciliación y el reencuentro
El Obispo de Melipilla, Mons. Cristián Contreras Villarroel, presidió el Tedeum en la Catedral San José, y animó a los fieles a reflexionar sobre la importancia de este aniversario de la patria.
“El 18 [de septiembre] nos hermana y es expresión de lo que queremos ser: Chile, un hogar para todos, también para nuestros hermanos que provienen de otras latitudes”.
En esta fecha, “nos detenemos, contemplamos la vida y elevamos esta acción de gracias a Dios, pidiendo que nos siga sosteniendo en la construcción de una nación más justa, fraterna y en paz”, expresó.
“No queremos que nuestro amado Chile siga siendo esa tierra de desencuentro en que pareciera estar convirtiéndose”, pidió, y para eso llamó a la compasión y la misericordia como caminos hacia la reconciliación y el reencuentro entre los chilenos.
Dignidad humana, justicia y paz
La comunidad de San Bernardo se congregó el viernes 15 de septiembre en la Catedral, donde el Obispo, Mons. Juan Ignacio González, presidió el tradicional Tedeum.
En ese marco, recordó los principios que inspiraron la declaración de independencia de Chile en 1818, destacando la importancia de la dignidad humana, la justicia y la paz en la sociedad actual.
En ese sentido, animó a recuperar los valores cristianos que han sido abandonados, y llamó a volver a la fe como un camino hacia la reconciliación y la superación de las divisiones que afectan a Chile.
Finalmente, convocó a la promoción del perdón y la reconciliación para sanar las heridas del pasado y construir un futuro basado en la justicia y la paz.