La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) presentó el martes 12 de septiembre una nueva “política de participación religiosa” con el propósito de involucrar de manera más amplia a grupos e instituciones religiosas en sus esfuerzos globales de asistencia y desarrollo.
USAID, un departamento independiente del gobierno federal, se dedica a la provisión de asistencia y ayuda humanitaria a nivel internacional. Con un presupuesto de 50 mil millones de dólares, financia esfuerzos humanitarios en respuesta a situaciones de emergencia, así como proyectos de desarrollo socioeconómico y otras áreas.
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La agencia destacó en una nota de prensa del 12 de septiembre “el importante papel de las comunidades religiosas y las organizaciones confesionales como socios estratégicos para el desarrollo”.
Entre los objetivos de la nueva estrategia, titulada “Construyendo puentes en el desarrollo: Política estratégica de participación religiosa de USAID”, se incluye una mejor colaboración con las instituciones para maximizar los “resultados de la asistencia humanitaria”.
En su sitio web oficial, USAID afirma, entre otras cosas, que su nuevo enfoque de “compromiso religioso estratégico” puede funcionar para “involucrar a los actores locales como codiseñadores y socios críticos” y fomentar asociaciones con “organizaciones nuevas”.
Bill O'Keefe, vicepresidente ejecutivo de Misión, Movilización e Incidencia Ciudadana de Catholic Relief Services (CRS), agencia de ayuda humanitaria internacional fundada por los obispos de Estados Unidos, comentó que está “entusiasmado” con la perspectiva del nuevo programa.
O'Keefe, que asistió al lanzamiento del programa en Washington D.C., indicó a CNA —agencia en inglés de EWTN News— que el programa fue “el resultado de amplias consultas y conversaciones entre USAID y líderes y grupos religiosos”.
“USAID ha venido trabajando durante mucho tiempo directa e indirectamente con líderes y grupos de fe, incluidos CRS, las Cáritas de todo el mundo y otros grupos católicos y líderes religiosos. Sin embargo, no tenía una política clara que fomente ese trabajo y aclare la contribución que los líderes religiosos pueden hacer al desarrollo y la respuesta humanitaria”, explicó.
“Estamos entusiasmados de ver la política y esperamos especialmente que facilite un apoyo y una asociación aún mayores entre USAID, socios católicos locales y otros líderes religiosos fundamentales para la paz y la justicia en todo el mundo”, agregó O'Keefe.
El marco del programa, indicó el representante de CRS, es “sólido”.
“Que la política logre sus objetivos depende del seguimiento y el liderazgo de USAID. Para involucrar a diversos líderes religiosos en los numerosos contextos en los que se encuentra USAID será necesario que [la agencia] dé vida a los principios de la política misma”, señaló.
Controversias previas sobre posibles conflictos con la religión
La actual administradora de USAID es Samantha Power, ex embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas que trabajó en el gobierno de Barack Obama.
Los grupos religiosos habían expresado preocupación sobre su nominación para el puesto de USAID en 2021 ante la posibilidad de que impulsara una agenda proaborto. Su nominación fue elogiada en aquel entonces por el Fondo de Acción de Planned Parenthood, una organización abortista.
Jesús Magaña, presidente de Unidos por la Vida (Colombia), comentó tras su nominación que el presidente Joe Biden estaba ejemplificando una “agenda de muerte” al nominar a Power para el cargo.
Ivone Mieles, que entonces dirigía la plataforma Ecuador Provida, también afirmó que la nominación era “aterradora para América Latina” debido a la “influencia que tendrán organizaciones como Planned Parenthood” bajo la administración de Power.
Los defensores de la vida advirtieron el año pasado de manera similar sobre la influencia que los ideólogos proaborto estaban teniendo en la ayuda internacional, citando el Plan de Emergencia del Presidente Federal para el Alivio del Sida. Este último distribuye fondos a la Federación Internacional de Planned Parenthood (IPPF, por sus siglas en inglés), que el año pasado anunció “una asociación con USAID” para abordar en parte la “salud reproductiva” en los países de ingresos bajos y medios.
USAID fue fundada en 1962 por el entonces presidente John F. Kennedy, quien destacó la importancia de la donación caritativa por parte de “las personas más ricas en un mundo en su mayoría de personas pobres”, así como las “obligaciones políticas de Estados Unidos como el contrapeso más grande frente a los adversarios de la libertad”.
Originalmente dedicada en gran medida a la asistencia de capital, en las décadas siguientes USAID cambió su trabajo para centrarse en la ayuda material, como alimentos, salud y educación.
También aboga por un mayor desarrollo de infraestructura, como mejoras en la agricultura y el saneamiento, así como desarrollo tecnológico y esfuerzos “anticorrupción”.
Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.