Un sacerdote nicaragüense, que fue deportado en febrero de este año a Estados Unidos y que estuvo secuestrado con el Obispo de Matagalpa, Mons. Rolando Álvarez, aseguró que quienes gobiernan Nicaragua “están con el demonio”.
En una entrevista con EWTN Noticias, el P. José Luis Díaz Cruz, que reside actualmente en Michigan, denunció que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha prohibido en Matagalpa la oración al Espíritu Santo, plegaria que Mons. Álvarez había dispuesto se rezara antes de comenzar la Misa; así como las oraciones “Bajo tu amparo” a la Virgen María, y la dedicada a San Miguel Arcángel, estas dos últimas al terminar la Eucaristía.
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“Eso lo hace reflexionar a uno [sobre el hecho] de que al diablo no le gusta la oración. Le tiene temor a la Eucaristía, a la Santísima Virgen María y a San Miguel Arcángel. Sabemos que los que gobiernan nuestra patria Nicaragua son, lamentablemente, personas que están con el demonio. No tienen a Dios en su corazón”, comentó el sacerdote.
La persecución de la dictadura crece
El P. Díaz explicó, además, que si bien “la persecución del régimen Ortega-Murillo siempre ha existido”, desde el año 2018 esta ha ido en aumento, con personas que se ven “grabando nuestras homilías, nuestras oraciones, tomando fotos y videos”. De hecho, lamentó, “los sacerdotes no pueden ofrecer la Eucaristía por Mons. Rolando José”.
“Lo que se hace, tengo entendido, es mencionarlo en la plegaria eucarística, eso no se puede quitar (…), pero la Iglesia en el silencio sigue rezando y nadie puede quitar el deseo de una persona de suplicarle al Señor por aquel sacerdote, obispo o laico que está preso”, resaltó el presbítero.
El 4 de agosto de 2022 Mons. Rolando Álvarez fue impedido de salir de su casa y desde entonces fue secuestrado por la dictadura. El 10 de febrero de 2023 fue condenado a 26 años y 4 meses de cárcel, acusado de ser "traidor a la patria". Un día antes, el Prelado había rechazado ser parte de los 222 ex presos políticos que fueron despojados de la nacionalidad nicaragüense y deportados a Estados Unidos.
En julio Mons. Álvarez salió de la cárcel "La Modelo", donde cumple su condena, aunque siguió bajo custodia policial. Las negociaciones para su liberación fracasaron y fue devuelto a la prisión.
“Cada día nos sorprendemos de cuestiones muy duras y muy dolorosas, pero sabemos que esta dictadura hace eso para mantenerse en el poder. En Nicaragua tenemos un dicho popular que dice: ‘el mal tiene cola corta’. Y en cualquier momento el Señor nos va a hacer el milagro de liberar a nuestra Iglesia para que pueda expresar libremente su fe, y de liberar, sobre todo, a nuestra patria Nicaragua”, subrayó el P. Díaz.
El secuestro de un sacerdote que pidió rezar por Mons. Álvarez
El P. Díaz conoció al P. Osman José Amador Guillén cuando ambos estudiaban Teología en el Seminario Nacional Nuestra Señora de Fátima. Hace unos días el segundo fue secuestrado por la dictadura por haber pedido rezar por el Obispo de Matagalpa.
“No está prohibido orar por un obispo que está preso a causa de su fe y siento que en este momento él lo sigue haciendo desde la cárcel. Y el padre allí está contento, está feliz, consciente de que está en la verdad, y va a seguir ahí hasta que el Señor lo libere y le haga el milagro de sacarlo de ese lugar donde está privado de la libertad”, indicó el P Díaz sobre su amigo, el P. Osman.
El sacerdote exiliado recordó luego cómo fue su paso por la prisión, antes de ser deportado: “Los primeros días son los más difíciles de estar en la cárcel. Uno no comprende qué pasó, qué hice, más las entrevistas y los interrogatorios donde le dicen barbaridades a uno. Nos privan de buena alimentación, de lo básico en higiene personal: como un mes absolutamente sin eso, sin cepillo, sin pasta dental, sin papel higiénico”.
Entonces, agregó, “es bastante difícil, pero poco a poco uno se va poniendo cada día más fuerte en las manos del Señor y va comprendiendo lo que significa ser realmente un sacerdote en tiempos de persecución”.
Esperanza de volver a Nicaragua
Tras compartir que es complicado aún adaptarse a Estados Unidos, el sacerdote compartió: “El Señor tiene un proyecto para cada uno de nosotros. He encontrado familias que son mi familia, amigos que son mis amigos y siempre estoy en comunicación con mis fieles en Nicaragua”.
Luego de recordar que su madre murió un mes antes de que fuera encarcelado, el P. Díaz se refirió a la homilía que pronunció Mons. Álvarez por su eterno descanso: “Padre [José Luis], tú ahora no tienes una mamá en el Cielo, ahora tienes dos, tu mamá y la Virgen María. Y en los momentos más difíciles de tu ministerio ellas van a estar contigo”.
El sacerdote nicaragüense destacó que “esas palabras de Monseñor Rolando fueron proféticas: me ayudaron muchísimo y fue increíble cómo en aquel momento sentí paz y serenidad”.
De ese modo, concluyó, pudo salir “de la cárcel con tranquilidad, sin ningún odio, sin ningún temor, más bien orando por aquellos que nos investigaban, por aquellos que ordenaron que nos encarcelaran. Y esa es la vocación de todo cristiano: amar al que nos hace el mal”.
Con información de Bárbara Socorro, periodista de EWTN Noticias.