San Juan Crisóstomo, patrono de los predicadores y cuya fiesta la Iglesia Católica celebra este 13 de septiembre, escribió una profunda oración sobre el amor de los esposos, señalando que son “la imagen misma de Dios”.

De acuerdo al sitio web sobre vidas de santos corazones.org, el también Doctor de la Iglesia (347-407) fue Obispo de Constantinopla (hoy Estambul, en Turquía), ciudad muy importante en los primeros siglos del cristianismo. 

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Se convirtió en un gran defensor de las verdades de fe, llegando a tener el apelativo de “boca de oro” y a ser patrono de todos los que predican sobre Dios.

En una de sus homilías, recogida por el sitio web del Vaticano, el santo indica que “la oración es la luz del alma, el verdadero conocimiento de Dios, la mediadora entre Dios y los hombres”.

“Hace que el alma se eleve hasta el cielo, que abrace a Dios con inefables abrazos apeteciendo, igual que el niño que llora y llama a su madre, la divina leche: expone sus propios deseos y recibe dones mejores que toda la naturaleza visible”, enfatiza.

Destacando algunos de los escritos de este Doctor de la Iglesia para beneficio de la pastoral familiar, la Diócesis de Pistoia, al norte de Italia, ofrece una oración que San Juan Crisóstomo escribió como un agradecimiento a Dios por el amor de los esposos.

En ella, el patrono de los predicadores precisa que el amor puede “cambiar la sustancia de las cosas”.

A continuación les presentamos la plegaria:

"Gracias, Señor, porque nos has dado el amor capaz de cambiar la sustancia de las cosas. Cuando un hombre y una mujer se vuelven uno en el matrimonio, ya no son más como criaturas terrenales, sino la imagen misma de Dios. 
Así, unidos, no tienen miedo a nada. Con la concordia, el amor y la paz, el hombre y la mujer son dueños de todas las bellezas del mundo: pueden vivir tranquilos, protegidos por el bien que se desean, según lo que Dios ha establecido. 
Gracias, Señor, por el amor que nos has regalado. Amén.