El P. Michael Niemczak, un sacerdote de Nuevo México (Estados Unidos) con raíces polacas, está de camino a Polonia para celebrar este fin de semana la histórica beatificación de sus parientes, los Ulma, la primera familia completa que será beatificada.
En 1944, los nazis ejecutaron brutalmente a la familia católica conformada por Józef y Wiktoria Ulma y sus siete hijos por esconder a ocho judíos en su casa en las afueras del pueblo de Markowa, en el sureste de Polonia.
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El P. Niemczak, del clero de la Arquidiócesis de Santa Fe y coordinador de formación en el Seminario Mount Angel en Oregón, indicó a CNA —agencia en inglés de EWTN News— que planea hacer de su viaje una peregrinación a varios lugares sagrados de Polonia y que culminará con la Misa de beatificación.
La Eucaristía, programada para el domingo 10 de septiembre, se llevará a cabo en Markowa y se espera que asistan entre 30.000 y 50.000 personas. Casi 1.000 sacerdotes y 80 Cardenales y obispos concelebrarán la Misa al aire libre, que está prevista para las 10:00 a.m. (hora local).
Nacido en Estados Unidos de una familia de inmigrantes polacos, el P. Niemczak es pariente de la familia Ulma porque su bisabuelo, Jan Niemczak, era primo de Wiktoria, la matriarca.
Al discernir el sacerdocio cuando era joven, Niemczak cuenta que las historias que escuchó sobre los Ulma “marcaron el tono” para el tipo de fe que quería vivir, y descubrió que deseaba desplegar su vocación sacerdotal “tan heroicamente como ellos vivieron” su vocación de padres.
“Es fácil leer estas historias y pensar que las figuras que aparecen en ellas son muy distantes en el tiempo y el espacio... Pensar, ¡caramba!, deben de haber sido como personas sobrehumanas. Pero cuando escuchas que son tus familiares, hay algo sorprendente en ello”, comenta.
“Fue muy fascinante pensar que, en tan sólo un par de generaciones, existían estas figuras santas tan cerca de mi árbol genealógico”, agrega.
El P. Niemczak cree que los Ulma no eran muy conocidos ni siquiera en su Polonia natal hasta hace poco, pero que la inminente beatificación ha sido un evento “motivador” para el pueblo predominantemente católico de ese país.
“Cuando era niño, realmente no hablábamos mucho sobre esa época [la Segunda Guerra Mundial], pero luego, a medida que crecía y estaba en el seminario, fue cuando escuché por primera vez un poco de la historia de la familia Ulma. Posteriormente, en los últimos años, escuchamos cada vez más al respecto”, narra.
“Cuando estaba en el seminario y luego en mis primeros tiempos de sacerdocio, recibí cada vez más información sobre la historia, principalmente de mi padre, quien estaba muy feliz de compartirla”, continúa el presbítero.
La policía nazi asesinó a Wiktoria, de 31 años, y a Józef, de 44, delante de su casa. Luego mataron a tiros a Stanisława, de 7 años; Bárbara, de 6; Ladislao, de 5; Franciszek, de casi 4; Antonio, de 2; y María, de 1 año.
Entre los nueve miembros de la familia asesinados se encontraba también el séptimo hijo de Józef y Wiktoria, un bebé al que todavía no se le había dado nombre. El Vaticano ha confirmado que Wiktoria tuvo un parto prematuro cuando fue asesinada y que el bebé nació en el momento de su muerte.
“Sabemos que se trataba de un niño hecho a imagen y semejanza de Dios que participó de alguna manera misteriosa en el ofrecimiento de esta familia. Hay algo tan hermoso en el hecho de que Józef y Wiktoria decidieran enseñar a sus hijos la dignidad de cada vida humana, no sólo con palabras, sino también con hechos”, comentó al respecto.
El Cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, señaló a Vatican News que aunque el niño nunca fue bautizado, el caso excepcional constituyó lo que el Catecismo describe como un “bautismo de sangre”, haciéndose eco de la narración de los Santos Inocentes en el Evangelio.
En otro momento, el P. Niemczak afirmó que está emocionado de servir como sacerdote durante la beatificación y planea escuchar confesiones de los peregrinos.
El viaje planeado del sacerdote incluye paradas en lugares sagrados de Cracovia, el Santuario de Nuestra Señora de Częstochowa, el Santuario de la Divina Misericordia y varios días con la familia, además de la Misa de beatificación.
El P. Niemczak alentó a cualquiera que desee enviar peticiones de oración a hacerlo a través de un formulario de Google.
“He tratado de convertir en un hábito que los feligreses, amigos o familiares envíen conmigo peticiones de oración si voy en peregrinación. Y quiero poder abrir esto a la mayor cantidad posible de personas que requieran oraciones, y especialmente a familias necesitadas de oración”, añade.
Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.