En un gesto sin precedentes, el Vaticano anunció esta semana la beatificación de toda una familia polaca: la familia Ulma. El prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el Cardenal Marcello Semeraro, presidirá el domingo 10 de septiembre en Markowa, Polonia, la beatificación.
El libro Uccisero anche i bambini (Mataron también a los niños), de la editorial Ares, escrito por la periodista italiana Manuela Tulli y el sacerdote polaco Pawel Rytel-Adrianik, relata la historia de la familia Ulma y se basa en una investigación periodística que utiliza las fuentes oficiales de la causa y archivos históricos. Además, incluye una entrevista-prólogo al Cardenal Semeraro, quien destaca la compasión y el sacrificio de los Ulma como ejemplos a seguir.
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Incluso el bebé de Wittoria Ulma fue víctima, un ejemplo de "bautismo de sangre”, explicó Manuela Tulli. El Vaticano confirmó el 5 de septiembre que Wittoria, embarazada de su séptimo hijo, dio a luz en medio del martirio, sumando al bebé a la lista de mártires de la Iglesia.
El 24 de marzo de 1944, en el pueblo polaco de Markowa, la familia Ulma, compuesta por Józef, Wittoria y sus siete hijos, fue brutalmente exterminada por los nazis. Su crimen: esconder a ocho judíos perseguidos en su hogar. Esta valiente decisión los llevó a la muerte, pero también a la santidad.
Es la primera vez que se beatifica a una familia entera, como destacó Tulli en diálogo con ACI Prensa: “No existen antecedentes de esto en la historia de la Iglesia”. Además, es la primera vez que se beatifica a un bebé que nació en medio del martirio de su madre. Tulli tuvo la oportunidad de investigar a fondo estos hechos.
“Cuando Victoria fue sepultada, nadie se percató de que estaba a punto de dar a luz. Fue solo cuando los cuerpos, que habían sido enterrados de manera sencilla, fueron exhumados días después para darles un entierro más digno, que descubrieron que la cabeza del bebé estaba asomando desde el vientre de la madre”, anotó la autora del libro.
“Por lo tanto, en ese momento, un bebé estaba empezando a nacer, y aunque desconocemos su sexo y nombre, no había sido bautizado, a diferencia de sus otros seis hermanos. Sin embargo, la Iglesia considera que recibió el bautismo de sangre en ese preciso instante, cuando toda su familia fue asesinada. Así que tanto la madre como el bebé son mártires y beatos juntos”.
“En el martirologio de la Iglesia, celebramos a los Santos Inocentes y se considera que ellos recibieron el bautismo de sangre. Similarmente, ocurrió con el bebé, o mejor dicho, el último nacido de la familia Ulma”, añadió la periodista vaticanista.
Los Ulma eran una familia común con sólidos valores cristianos, como describe el libro, y su historia inspira reflexiones sobre la santidad, la defensa de la vida y la compasión en tiempos de guerra y conflicto. “La Iglesia considera que este pequeño (séptimo hijo de los Ulma) también ha contribuido a esta santidad familiar. En mi opinión, esto puede brindar esperanza a las madres que han perdido a un hijo: saber que hay un bebé beato en el cielo”.
Los Ulma, la familia mártir que ayudó a los judíos, muestran la convivencia de católicos y semitas en Polonia en las pequeñas localidades rurales, lo cual constituye un testimonio del poder de la Palabra de Dios en defensa de todos.
“La foto de portada del libro es un fotomontaje que combina imágenes de todos los niños mayores, la madre embarazada y el padre. Esta representación muestra a los niños descalzos y refleja la alegría familiar en el campo. Lo que propone el Papa Francisco, mirar a los ‘santos de al lado’ que responden al mal con el bien. Esto subraya que, como cristianos, estamos llamados a pequeños y diarios actos de amor por el bien de los demás”, concluyó Tulli.