El Obispo Auxiliar de Santiago del Estero (Argentina), Mons. Enrique Martínez Ossola, ofreció una entrevista al programa televisivo local Libertad de Opinión, en la que se refirió a los “tiempos difíciles” que atraviesa el país, la actualidad política y la problemática de las adicciones.
“La droga mata y envenena a la familia”, afirmó el Prelado, y observó que “no hay una respuesta eficaz del Estado”, y la salud pública “está desbordada".
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El narcotráfico, señaló, “mueve mucho dinero, muchas influencias y se mete en las estructuras de gobierno, corrompiendo policías, corrompiendo autoridades”.
También se refirió al “mercado cautivo” del narcotráfico, situación que “genera una espiral de violencia, robos insólitos, perder la vida por un celular”, porque el dinero “le asegura la dosis de droga para un par de días”.
Frente a este flagelo, recordó las palabras de San Pedro: “No tenemos oro ni plata, te doy lo que tengo, en nombre de Jesucristo resucitado, ponete de pie y caminá”.
En ese sentido, alentó a la fe, la solidaridad, el respeto. “Hay barrios que son difíciles, hay algunas lacras que salen y hacen sus picardías, pero hay mucha gente decente que vive en esos barrios humildes, que conserva valores de solidaridad, de respeto, de dignidad”.
Los efectos de la droga generan conductas “aberrantes”, afirmó el Obispo, y “la única manera de enfrentarla es en la fe, en las acciones de compromiso que tenemos que tener los cristianos, y es la llamada del Papa Francisco a ser protagonistas, no balconear, como dice él” y enfrentar la situación con “los pies en el barro”.
También se refirió a la inestabilidad económica y la incertidumbre, un marco que sugiere “que la única salida es Ezeiza [en referencia al Aeropuerto], o sea, el exterior”.
“Estamos disolviendo también el núcleo familiar. Hay hijos huérfanos con padres vivos, porque el papá o la mamá no tienen tiempo, por el trabajo, porque esto, porque aquello… y vemos al hijo como una molestia, como una carga, y no como un regalo de Dios”, señaló.
En el contexto electoral que vive Argentina, el Prelado aclaró que las soluciones a los problemas “no dependen solamente de líderes con carisma, sino de hombres con madurez, con profundidad, que dediquen su vida al servicio de la comunidad”.
“Vemos políticos ricos en una sociedad pobre, y eso no puede ser", sentenció.
“Hay gente que vive de la política. Algunos podrán aducir que tienen un título, pero que no lo han ejercido nunca, o en el comienzo de su tarea, porque se fueron enquistando en puestos públicos”, alertó.
Seguidamente, el Prelado dio la razón al candidato presidencial por el bloque La Libertad Avanza, Javier Milei, al referirse a “la casta”.
“Realmente Milei, cuando habla de ‘la casta’, tiene razón. Hay una casta política que tiene todos los derechos. A ellos les va a bien, tienen casa, comida, ingresos, posibilidades de progreso, pero no es parejo”, lamentó. Y añadió: “La política es el gobierno de la cosa pública, pero el soberano tiene que ser el pueblo”.
“Necesitamos una democracia más participativa, donde todos nos comprometamos con la búsqueda del bien común”, consideró Mons. Martínez Ossola.
Por eso, dirigiéndose a los candidatos, insistió: “Aspiren siempre a servir al pueblo, no se olviden de dónde vienen”.
A los dirigentes les solicitó “que escuchen la voz del pueblo, que sean fieles al pueblo que los ha ungido del poder. El poder no es de ellos, es del pueblo”.
Finalmente, a los ciudadanos pidió que sean responsables y honestos en el cumplimiento de sus deberes y que siempre tengan “una mirada para el que sufre, para el que necesita, para el que está peor que nosotros”, como también “un corazón unido y solidario”, y sobre todo “que todos doblemos la rodilla solamente ante Dios y que seamos libres”.