En un nuevo ministerio católico se aspira a reunir a las familias y a llevar una “muestra del Cielo” a sus hogares.
Los grupos de la Comunidad de la Casa de la Trinidad ofrecen formación, confraternidad y los instrumentos que necesitan las familias para vivir su fe y transmitírsela a sus hijos. Las parroquias pueden crear grupos —también llamados “reuniones sobre el Cielo en su hogar”—que invitan a participar no solamente a los padres, sino también a los chicos.
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Soren y Ever Johnson, fundadores y directores de la Comunidad de la Casa de la Trinidad, hablaron con Catholic News Agency (CNA) —agencia en inglés de EWTN News— sobre la forma en que crearon estos grupos de confraternidad y lo que esperan que las familias aprendan de ellos.
Soren Johnson explica que, por lo común, hay varios obstáculos que impiden tener reuniones de toda la familia en las parroquias, tales como el ocupado horario familiar, la sobrecarga para el presupuesto y el personal de la parroquia y el interrogante de lo que realmente puede hacer una familia en un “evento familiar”.
“Lanzamos los grupos a fin de capacitar a las familias y a las parroquias no solamente para superar estos obstáculos, sino también para transmitir la fe con éxito a sus hijos”, afirma. “En el clima cultural de hoy, las familias necesitan formación y apoyo para poder vivir y transmitir la fe. Creamos los grupos para darles a las familias ocupadas la ayuda necesaria de una manera sencilla y atractiva que se conecta directamente con sus situaciones de la vida real”.
Cada reunión sigue el “Modelo de la Casa de la Trinidad”, construido alrededor de una comunión cada vez más estrecha a medida que el grupo trabaja para pasar por los cinco niveles de la vida familiar. Estos diferentes niveles son la vida de fe, la persona y las relaciones, la economía del hogar, la cultura familiar y la hospitalidad y el servicio.
Estos cinco niveles permiten que la familia se convierta en “una imagen cada vez más radiante de Dios —en una comunión de personas, como lo es la Santísima Trinidad— y que su hogar sea una muestra del Cielo”, agrega Soren.
Una parroquia que decide suscribirse y crear un grupo recibe todos los recursos necesarios para celebrar cinco “reuniones sobre el Cielo en su hogar” con toda la familia durante el año escolar 2023-2024. Estos recursos incluyen presentaciones en video, preguntas para discusión, materiales para la catequesis y guías para los líderes.
Las reuniones se realizan un día sábado cada dos meses. Duran dos horas y comienzan con una cena. Luego, los padres asisten a una presentación en video seguida de una conversación, mientras los niños miran videos sobre la fe apropiados para ellos, hacen artesanías y realizan varios juegos. La noche termina con un acto de confraternidad de todo el grupo y un postre.
“Obviamente, es importante tener ministerios parroquiales específicos para hombres, mujeres, parejas, adultos jóvenes y otros grupos, pero con demasiada frecuencia, por lo regular, no hay nada disponible para toda la familia”, añade Soren. “Con tantas fuerzas culturales que buscan debilitar y aislar a la familia, es de importancia crítica que las parroquias incluyan oportunidades regulares en el calendario en las que todos los miembros de las familias se sientan acogidos, apoyados, equipados y animados”.
En los últimos dos años, las “reuniones sobre el Cielo en su hogar” se han ensayado y refinado en la parroquia local de la familia Johnson en Leesburg, Virginia. Durante ese tiempo, la pareja ha visto un “explosivo retorno espiritual por su inversión” y “espera que las parroquias de todo el país tengan los mismos resultados fructíferos”.
"De ordinario, los padres de familia nos cuentan que las estrategias y los instrumentos específicos que han aprendido a usar en las reuniones de los grupos los han llevado a descubrir su confianza para dirigir espiritualmente a sus hijos hacia el Cielo y encontrar el Cielo en su hogar”, señala Ever Johnson.
Las parejas han comentado que, gracias a las reuniones de los grupos, han comenzado a prepararse para el Día del Señor y a disfrutarlo juntos como familia, renovando la celebración de noches dedicadas a reuniones sentimentales, ocupándose juntos de los quehaceres, dando prioridad a las comidas familiares y atendiendo a otras familias.
Los Johnson han presenciado un cambio positivo en su propia familia.
“Nuestros cinco hijos han sido participantes regulares en el grupo de nuestra parroquia y, al igual que las otras docenas de chicos asistentes, a veces la llaman 'la fiesta de la Iglesia'", según recuerda Ever. “Esperan con interés la comida, el estrepitoso ambiente y la posibilidad de realizar actividades divertidas, mientras nosotros estamos a poca distancia en un salón con otros padres, ahondando más en un tema específico sobre la fe y la vida familiar”.
Mons. Michael F. Burbidge, Obispo de la Diócesis de Arlington (Estados Unidos), ha elogiado a la Comunidad de la Casa de la Trinidad y se ha referido a su obra como “una de las muchas bendiciones en la Diócesis de Arlington”.
Mons. Burbidge ha desempeñado un papel activo en los grupos de la Comunidad de la Casa de la Trinidad y redactó el preámbulo del manual para los participantes.
Estas son sus palabras: “A medida que Ever y Soren se afirman en su ministerio, el modelo de la Santísima Trinidad como una comunión de personas debe reflejarse en nuestro hogar. Dios es uno en tres personas, una comunión creada por la entrega total de cada persona a la otra como un don. La familia también es una comunión de personas. Al aprender la forma en que las personas de la Santísima Trinidad se relacionan entre sí, podemos entender cómo debe relacionarse una familia con cada uno de sus miembros”.
“Con una hermosa reflexión sobre el ícono de la Santísima Trinidad, Ever y Soren explican cómo la vida de Dios es una vida que acoge, escucha y sirve. Al reflexionar sobre quién es Dios, estas tres características de su vida se convierten en algo similar a puntos de referencia en un mapa para encontrar el Cielo en nuestros hogares”.
Al preguntar lo que les diría a las familias que dudan en ingresar debido a preocupaciones de que sus hijos sean demasiado alborotados o inquietos para el grupo, Soren responde: “¡Ustedes no están solos! Cálmense y vengan a unirse a otras familias bulliciosas, desorganizadas y hermosas”.
Además, agrega: “Estamos juntos en esta caminata, y como ha dicho el Papa Francisco: ‘No existen familias perfectas’. Teniendo eso presente, la meta de las reuniones del grupo es que las familias descubran que son eventos informales, alentadores, inspiradores e incluso alegres. Junto con otros padres, las familias disfrutan del tiempo particularmente dedicado a la noche de la reunión sentimental mientras que los chicos se divierten con sus compañeros. El fortalecimiento de las relaciones con otras parejas y familias bien podría ser el elemento de cambio que necesita su familia para avivar la fe en su hogar”.