Una ley en Texas (Estados Unidos) que prohíbe ciertos tipos de procedimientos médicos o quirúrgicos de reasignación de sexo a los menores de edad que se identifiquen como transexuales, entró en vigor el pasado 1 de septiembre, después de que la Suprema Corte del estado la avalara, en una decisión publicada el 31 de agosto.
La ley, conocida como SB14 (Senate Bill 14), prohíbe los procedimientos y tratamientos para niños en Texas "para la transición de género, reasignación de género o disforia de género y sobre el uso de dinero público o ayuda pública para proporcionar esos procedimientos y tratamientos".
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Varias personas y médicos de Texas demandaron al Estado en julio con la esperanza de bloquear la ley, y a través de una medida cautelar de principios de agosto, la ley SB14 fue impugnada por la juez de distrito del estado María Cantú Hexsel, alegando que “violaba los derechos de los niños transgénero y sus familias a recibir atención médica”, y que violaba “la capacidad de los médicos de seguir directrices médicas basadas en pruebas científicas”, lo que les ponía en riesgo de perder su licencia.
En el documento, la juez Cantú Hexsel afirmó que el proyecto de ley “interfiere en las decisiones privadas de las familias de Texas” y despoja a los padres del derecho a “tomar decisiones relativas al cuidado, custodia y control de sus hijos”. Y agregó que también privaba a los médicos de Texas del derecho a la libertad profesional.
Debido a esto, la oficina del Fiscal General de Texas apeló ante la Corte Suprema, lo que bloqueó de inmediato la medida cautelar de Cantú Hexsel. En un comunicado, la fiscalía afirmó que esos tratamientos médicos “no han sido probados” y “son promovidos por algunos activistas de las profesiones médica y psiquiátrica”.
El 25 de agosto, tras la apelación de la oficina del Fiscal General, los demandantes presentaron una petición de urgencia solicitando de nuevo a la Corte Suprema que volviera a impedir la ley de manera temporal. Sin embargo, el 31 de agosto, la decisión de la Corte Suprema fue desestimar esta petición, y así permitió que la ley SB14 entrara en vigor el 1 de septiembre, como estaba planeado. El documento es breve y no da mayores detalles sobre el fallo.
Por su parte, Jonathan Covey, director político de Texas Values (Valores de Texas), una organización dedicada a “preservar y promover una cultura de valores familiares en el estado de Texas”, afirmó: “Los niños de Texas están hoy más seguros gracias a la sentencia de la Corte Suprema sobre la SB14”. Y agregó: “Proteger a los niños de las dañinas y peligrosas cirugías de transición de género y de los bloqueadores de la pubertad es en el mejor interés del niño y algo en lo que todos estamos de acuerdo”.
Texas Values señaló que el proyecto de ley “protegerá a los niños de procedimientos médicos de reasignación de sexo que son experimentales y dañinos”. Y añadió: “No hay pruebas concluyentes de que la intervención médica ayude a los niños a superar los sentimientos de disforia de género o mejore su salud mental”.
“Nuevas investigaciones documentan riesgos graves y efectos secundarios irreversibles asociados a los medicamentos utilizados en los procedimientos de reasignación de sexo”, y agregaron que, según los resultados “de la investigación disponible y emergente, estos procedimientos médicos violan el primer deber de la medicina”, el de procurar no hacer daño.
La Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, en un documento titulado “Nota doctrinal sobre los límites morales de la manipulación tecnológica del cuerpo humano”, publicada en marzo de este año, afirmó que las intervenciones de cambio de sexo “no respetan el orden fundamental de la persona humana como una unidad intrínseca de cuerpo y alma, con un cuerpo sexualmente diferenciado”, e indicó: “La corporeidad es un aspecto fundamental de la existencia humana, y también lo es la diferenciación sexual del cuerpo”.
“Los servicios sanitarios católicos no deben realizar intervenciones, ya sean quirúrgicas o químicas, que tengan por objeto transformar las características sexuales de un cuerpo humano en las del sexo opuesto ni participar en el desarrollo de tales procedimientos. Deben emplear todos los recursos apropiados para mitigar el sufrimiento de quienes luchan contra la incongruencia de género, pero los medios utilizados deben respetar el orden fundamental del cuerpo humano”, escribieron los obispos.
Según la Universidad de California, hasta el año pasado, aproximadamente 1.6 millones de estadounidenses se identificaban como “transgénero”. De esa cifra, 300.000 tenían entre 13 y 17 años de edad (18%). En 2017, la cifra total de niños supuestamente identificados como “transgénero” rondaba los 150.000, lo que representa un aumento del doble en apenas 6 años.
La ley SB14 de Texas fue promulgada en junio por el gobernador republicano Greg Abbott. Hasta la fecha, más de 20 estados en los Estados Unidos han aprobado leyes que prohíben tratamientos de afirmación de género a menores, aunque algunas aún no han entrado en vigor o han sido rechazadas por los tribunales.