Desde el exilio en Atlanta (Estados Unidos), el líder campesino Medardo Mairena Sequeira, compartió su testimonio y recordó que la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua lo torturó y lo encarceló por haber rechazado acusar falsamente a los obispos del país.
En declaraciones a EWTN Noticias tras encabezar una protesta pacífica ante el consulado de Nicaragua en Los Ángeles el pasado 27 de agosto, el líder del Movimiento Campesino de Nicaragua, denunció que Ortega “se ha enraizado en el poder y todo aquel que haga bulla, que haga ruido, que él sienta que puede ser su competencia, inmediatamente puede ser secuestrado, torturado y, en el peor de los casos, asesinado”.
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Mairena, que vivía en la zona rural de Nueva Guinea, donde sufrió también la expropiación de sus tierras junto a miles de personas, relató que fue encarcelado y torturado en 2018.
“No me extraña lo que está haciendo con la Iglesia. En ese entonces se ensañaron contra mi persona, queriendo negociar de una manera sucia, ofreciéndome la liberación a cambio de que hiciera falsas acusaciones en contra de la conferencia episcopal, como si ellos (los obispos) fueran los organizadores de un supuesto golpe de estado, algo que nunca sucedió”, recordó el activista.
“Por haberme negado pasé por la tortura. Aún así fui condenado a 16 años (de cárcel). A los 11 meses salí por una ley de amnistía y luego continué siempre en el activismo de derechos humanos”, continuó.
Tiempo después, en 2021 “nuevamente fui secuestrado y condenado a 13 años más de cárcel”. Fue liberado después de 19 meses en prisión.
El líder campesino, que hizo parte de los 222 deportados que llegaron a Estados Unidos en febrero, explicó que el destierro “no es nada comparado con lo que sufren nuestros compatriotas desde adentro de Nicaragua, los que resisten desde la cárcel”.
“Hoy tenemos a más de 80 presos políticos todavía, incluyendo nuestros guías espirituales como son 5 sacerdotes y uno de los obispos más queridos de Nicaragua (…) pagando una condena de 26 años, solamente por ser defensor de los derechos humanos, por hacer lo que él como guía espiritual ha venido haciendo. Es un discípulo de Jesucristo que anuncia y denuncia, como dice la Sagrada Escritura”.
Tal vez la principal víctima de la dictadura es Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa, encarcelado injustamente desde el pasado 10 de febrero, acusado de ser traidor a la patria y condenado a 26 años y 4 meses de cárcel.
En los últimos días, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, en el poder desde 2007, confiscó las cuentas y bienes de la Universidad Centroamericana y expulsó a 6 jesuitas de la comunidad que vivían junto al centro de estudios.
El régimen acusó a la universidad de ser un “centro de terrorismo” y dejó sin vivienda a los jesuitas, pese a que estos demostraron con documentos que son los dueños de la propiedad que les fue arrebatada el 19 de agosto.
Luego de compartir que la vida en el exilio no es fácil y que hace lo que está a su alcance para sobrevivir, el líder campesino resaltó que como los presos políticos “en Nicaragua no pueden alzar su voz, nos ofrecemos para que puedan alcanzar su ansiada liberación”.
Además, concluyó, colabora en los esfuerzos para que “podamos alcanzar la libertad de nuestra patria y construir un verdadero estado de derecho, donde las nuevas generaciones tengan mejores oportunidades que las que nosotros hemos tenido hasta este momento”.