A menos de dos meses de asumir el gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Buenos Aires, Mons. Jorge García Cuerva dio una entrevista: su visión sobre el papel del Estado en la sociedad, la figura del Papa Francisco y su posible visita a Argentina, entre los temas destacados.
La entrevista con Jorge Fontevecchia para el Diario Perfil es la primera que concede a un medio secular desde su toma de posesión como Arzobispo de Buenos Aires, el pasado 15 de julio.
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Ese día, ante los fieles que lo acompañaban en la Plaza de Mayo, frente a la Catedral Metropolitana, Mons. García Cuerva hizo hincapié en la necesidad de “una presencia inteligente del Estado”.
En este año electoral, y tras el triunfo en las elecciones primarias del candidato libertario Javier Milei, que asegura que “el Estado es el problema” y propone eliminar ministerios, el Prelado insistió: “Yo creo que el Estado es importante que exista, porque justamente tiene que ver con el garantizar los derechos de los sectores más vulnerables, porque, si no, sería una tierra de nadie”.
Respecto a la “presencia inteligente”, aseguró que se trata de “que conozcan la realidad” y que puedan “patear los barrios, que sepan cuál es la demanda de la gente”.
“Es el Estado que se acerca con humildad a escuchar, es el Estado que se acerca con humildad a conocer. En ese sentido, creo que en los barrios la Iglesia tiene una presencia capilar, la Iglesia católica, otras iglesias también, otras organizaciones. Podemos ser muchas veces el interlocutor para que el Estado llegue al barrio”, sostuvo.
El Prelado también respondió sobre la posibilidad de permanecer durante 20 años como el primado de Argentina. Al respecto, anheló “que sean 20 años en los que Dios me sorprenda” para que “no me gane la fiaca espiritual, que no me quede aferrado al sillón o al puesto”.
Su cercanía a los pobres hizo que fuera en una Villa miseria – así se le llamaba en Argentina a los asentamientos de poblaciones humildes, hoy denominados villas de emergencia o barrios populares- donde recibió lo que él denomina su “segundo Bautismo”, el llamado de Dios a hacer de su vida “una entrega”.
Aunque Mons. García Cuerva no conocía al Cardenal Jorge Bergoglio cuando éste dejó Buenos Aires para participar en el Cónclave que lo elegiría Papa, se define como “un hombre del Papa Francisco”.
De hecho, cuando leyó su primera exhortación apostólica -Evangelii Gaudium, en 2013-, confesó haber dicho: “Por fin un Papa escribe aquello que yo soñaba”.
Su compromiso con la realidad de la pobreza y su lado más intelectual, hicieron de García Cuerva un hombre “de dos mundos”, aspecto que tuvo en cuenta el Santo Padre al momento de nombrarlo Obispo en 2017.
Otra de las facetas, consideró, pudo haber sido su compromiso con la realidad de la cárcel, los jóvenes en situación de riesgo, la vulnerabilidad, las adicciones. “Dentro de ese marco, seguramente el Papa sabía por lo menos de la impronta que le daba a mi ministerio”, expresó.
Respecto a la figura del Papa, consideró que “los argentinos a Bergoglio no lo dejamos ser Francisco”.
“Cuando uno ha podido compartir un poco más con él, y toma dimensión de lo que significa su figura en el mundo, uno por lo menos queda como molesto, es decir, dejémoslo a Francisco y disfrutémoslo, que seamos capaces de leerlo a él, de escucharlo a él, no a sus pseudo intérpretes”, exhortó.
En cuanto a una posible visita del pontífice a Argentina, el Arzobispo manifestó: “Creo que sería hermoso el encuentro del pastor con su pueblo”.
“El Papa sé que tiene ganas porque lo ha expresado públicamente, y estaría buenísimo que se dé. Creo que sería sanante”, aseguró.
“Creo que para muchísima gente sería una enorme alegría, porque lo esperan con alegría”, sostuvo, y recordó que cuando era Obispo de Río Gallegos, la gente allí, lejos de las grandes ciudades, expresaba: “Que venga, porque aunque no lo podamos ver, ya de saber que está en Argentina, lo vamos a sentir bien cerquita”.
“Me hago en este sentido eco de lo que la gente quiere, y es mucha la gente que lo está esperando, así que ojalá que se concrete”, anheló.
Para finalizar la entrevista, Mons. García Cuerva ofreció una reflexión: “Yo creo que en esta vida Dios nos creó para que seamos verdaderamente felices, que todos seamos felices. Y tenemos una enorme responsabilidad por ayudar a ponerse de pie a mucha gente que la pasa muy mal y que sus cruces son terriblemente pesadas”.
“Tenemos que aprender a llorar y fabricar lágrimas para limpiar la mirada. Y con la mirada más limpia, poder darnos cuenta cuantos a nuestro alrededor no la están pasando bien. No me puedo desentender, son hermanos. Y un poco, ese es el sueño de Jesús, es el sueño de Dios, un mundo de hermanos, un mundo donde realmente todos podamos ser felices”, añadió.
“La vida me ha dado cachetazos más de una vez, estoy lleno de preguntas que cuando me encuentre con Dios, quizá encuentre la respuesta. Pero la causa del Reino, la causa de Jesús, es invencible. Así que vamos para adelante”, concluyó.