En la tarde del domingo 3 de septiembre, el Papa Francisco inauguró la llamada Casa de la Misericordia en Mongolia, donde hizo entrega de un cuadro del icono de una Virgen a la que tiene especial devoción: Nuestra Señora de la Ternura.
En su último día en este país asiático, el Santo Padre bendijo e inauguró un edificio en la capital Ulán Bator destinado a dar albergue temporal a personas sin techo y víctimas de violencia doméstica.
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Esta Casa de la Misericordia, que surgió como una iniciativa de la comunidad católica local, estará a cargo de las Hermanas Hospitalarias de San Pablo de Chartres.
Tras bendecir el lugar, el Papa regaló un cuadro del icono de Nuestra Señora de la Ternura, muy venerada y de gran tradición en Ucrania y Rusia por la que el Santo Padre siente una gran devoción.
Según contó el Papa Francisco durante un encuentro con seminaristas y sacerdotes del Pontificio Colegio Ucraniano de Roma en 2019, posee un pequeño icono ucraniano de la Señora de la Ternura. “Lo conservo con especial veneración, le rezo todos los días”, contó el Santo Padre.
Además, explicó que fue un regalo del Arzobispo Mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, Sviatoslav Schevchuk, “cuando estábamos en Buenos Aires”. También detalló que tras ser elegido Pontífice, pidió que le llevaran este icono a Roma.
También se refirió a su cariño por esta advocación mariana en julio de ese mismo año, durante una audiencia a los miembros del Sínodo permanente de la Iglesia greco-católica ucraniana en Roma.
Explicó que su “mirada se dirige todas las mañanas y todas las noches a la Virgen que su Beatitud me regaló, cuando dejó Buenos Aires para asumir el oficio de Arzobispo mayor que la Iglesia le había confiado”.
“Frente a ese icono comienzo y concluyo las jornadas encomendando a la ternura de la Virgen, que es Madre, a todos vosotros, a vuestra Iglesia. Se puede decir que empiezo el día y lo acabo ‘en ucraniano’ mirando a la Virgen”, aseguró el Papa Francisco.
Añadió que reza cada día por los “hermanos “ucranianos” con las oraciones que aprendió desde niño con el “Obispo Stefano Chmil, entonces sacerdote salesiano. Él me las enseñó cuando yo tenía 12 años, en 1949, y aprendía con él a servir la Divina Liturgia tres veces por semana”.
Nuestra Señora de la ternura, conocida también como Nuestra Señora de Kiev, es uno de los iconos más venerados en Oriente, tanto por los ucranianos como por los rusos, y está considerado entre los más famosos del mundo.
También se le atribuye el nombre de Nuestra Señora de Vladimir y es de los más antiguos, ya que llegó a la actual capital ucraniana en 1134.
En la imagen, la Virgen María expresa misericordia, con el Niño Jesús junto a su mejilla o tocándola. De ahí el título de Nuestra Señora de la Ternura.