A las 12:03 p.m. (hora de Mongolia), el avión del Papa Francisco despegó del aeropuerto internacional Chinggis Khaan de Ulán Bator con destino a Italia, concluyendo de esta manera su 43° viaje apostólico.
Tras el despegue, la Oficina de Prensa del Vaticano compartió un telegrama del Papa dirigido al presidente de Mongolia, Khürel Sükh Ukhnaa, en el que expresa un “profundo sentido de gratitud” por “la cálida bienvenida y la generosa hospitalidad” brindada en los últimos días.
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“Asegurándoles mis continuas oraciones por la paz, la unidad y la prosperidad de la nación, invoco cordialmente sobre todos ustedes abundancia de bendiciones divinas”, concluye el Pontífice.
Después de cuatro días intensos, el Papa Francisco fue despedido en el aeropuerto por las autoridades mongolas en una breve ceremonia que se realizó a las 11:30 a.m. (hora local) del 4 de septiembre.
Está previsto que, tras algo más de 11 horas de vuelo, el avión que transporta al Pontífice y a decenas de periodistas aterrice a las 5:20 p.m. (hora de Roma) en el aeropuerto de Fiumicino.
El viaje apostólico a Mongolia, país de Asia que limita con Rusia y China, se realizó del 31 de agosto hasta hoy 4 de septiembre.
Poco antes de su llegada al aeropuerto, el Papa Francisco bendijo y presidió la inauguración de la “Casa de la Misericordia”, un edificio dedicado a proporcionar refugio temporal a personas sin hogar y a víctimas de violencia doméstica. El Santo Padre enfatizó que en las palabras que dan nombre al lugar “está la definición de la Iglesia”.
Tras esta visita, el Santo Padre se convirtió en el primer Pontífice en visitar este país asiático donde viven más de 3 millones de habitantes, de los cuales tan sólo 1.300 son católicos. Las religiones de Mongolia son: budismo (53%), islam (3%), chamanismo (3%), cristianismo (2%), ateísmo (39%).
Este viaje es una muestra más del deseo del Papa de visitar los países de minoría católica, para llevar a sus habitantes su cercanía y la de toda la Iglesia Católica.