Pekín respondió hoy, 1 de septiembre, al telegrama que el Papa Francisco envió durante su vuelo por el espacio aéreo chino en su ruta hacia Mongolia, en el que le hizo llegar sus “oraciones por el bienestar de la nación” al presidente Xi Jingping y a todo el pueblo del gigante asiático.
A través del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin, el gobierno chino señaló que está dispuesto a “seguir trabajando con el Vaticano para entablar un diálogo constructivo, reforzar la comprensión y la confianza mutua”. Y agregó que “promoverá un proceso de mejora de las relaciones bilaterales”.
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La relación diplomática entre ambos Estados ha enfrentado “dificultades y obstáculos”, según el Cardenal Pietro Parolín, Secretario de Estado de la Santa Sede, sobre todo en los últimos tiempos, a pesar de los acuerdos bilaterales firmados en 2018, renovados en octubre de 2020 y que estarán vigentes hasta el 2024.
Tradicionalmente, el Vaticano envía telegramas a los jefes de Estado de los países que sobrevuela el Papa durante sus viajes, y en esta ocasión el Pontífice pasó también por el espacio aéreo de Croacia, Bosnia-Herzegovina, Serbia, Montenegro, Bulgaria, Turquía, Georgia, Azerbaiyán y Kazajistán.
“Envío saludos cordiales a Su Excelencia y al pueblo de China mientras sobrevuelo el espacio aéreo de su país en ruta hacia Mongolia. Le aseguro mis oraciones por el bienestar de la nación e invoco sobre todos ustedes las bendiciones divinas de unidad y paz”, escribió el Santo Padre en su telegrama.
Un viaje de importancia estratégica
Mongolia es una democracia postsoviética que continúa teniendo fuertes vínculos con Rusia y China, sus países limítrofes, así como una importante relación diplomática con Estados Unidos, al que llaman su “tercer vecino”.
Para la Santa Sede puede ser muy positivo mantener buenas relaciones con Mongolia, porque podrían servir como guía y modelo para estrechar sus vínculos con Moscú y Pekín. En 2022, después de su viaje apostólico a Kazajistán, el Papa Francisco afirmó que cerrar la puerta al diálogo con Rusia equivalía a cerrar “la única puerta razonable que conduce a la paz”, refiriéndose a la guerra en Ucrania.
De hecho, se ha propuesto a Mongolia como lugar tentativo para posibles negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia. El viaje del Papa Francisco se produce en medio de una misión de paz del Vaticano encabezada por el Cardenal Matteo Zuppi, quien realizó visitas diplomáticas a Kiev, Moscú y Washington. Los medios estatales rusos ya han señalado que están prestando mucha atención al viaje del Pontífice.
Por su parte, China domina el comercio de Mongolia. El Estado mongol envía allí hasta el 86% de sus exportaciones. Históricamente, Mongolia fue parte de la dinastía Qing de China durante más de dos siglos, por lo que se podría argumentar que esto es lo más cerca que ha estado la Iglesia Católica de un viaje papal al gigante asiático.
Este 2 de septiembre, en el Palacio de Gobierno, el Pontífice tiene previsto un encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático de Mongolia.